miércoles, 6 de diciembre de 2017

Jonah Hex

Título original: Jonah Hex. Año: 2010. País: Estados Unidos. Género: Acción, Western, Fantasía. Director: Jimmy Hayward. Guionistas: Mark Neveldine y Brian Taylor (adaptando los cómics de John Albano y Tony DeZuniga). Intérpretes: Josh Brolin, Megan Fox, John Malkovich, Michael Fassbender, Will Arnett, Aidan Quinn, Wes Bentley, Julia Jones, Michael Shannon, Jeffrey Dean Morgan, John Gallagher Jr., Rio Hackford, Lance Reddick.

Casposa y desastrosa (sí, ¡todo en uno!) adaptación basada en los cómics (una suerte de western retro-futurista creado por el escritor John Albano, guionista de algunas de las historietas de, por ejemplo, Archie, y el dibujante Tony DeZuniga, artista filipino cuyo currículum incluye títulos como Savage Sword of Conan, Deadly Hands of Kung-Fu o Dracula Lives, publicado por DC Comics, la editorial detrás de las aventuras de Batman, Superman y compañía) que narra las idas y venidas de Jonah Hex (Josh Brolin), un tipo reconvertido en cazarrecompensas, al margen de la ley (¡claro!),  tras el brutal asesinato de su familia y tras ser dado por muerto.


Mezcla de cine fantástico y, como indicaba antes, western, Jonah Hex es un trabajo que no contentará a los amantes de las películas clásicas de acción y aventuras (entiendo que tampoco a los fans del cine de género o de la obra original, pero esto último no puedo afirmarlo porque desconozco los cómics que adapta o su fidelidad con respecto a los mismos). Las actuaciones son horribles (intérpretes como Wes Bentley, Aidan Quinn o, en menor medida, Michael Fassbender simplemente pasa(ba)n por ahí, mientras que otros, véase el caso de John Malkovich, sobreactúan como si no hubiera un mañana), la narración farragosa (¿por qué da la sensación de que es más interesante lo que ocurre fuera de pantalla que lo que nos muestra el director?) y, lo que es peor, la cinta, a pesar de durar, títulos de crédito aparte, poco más de una hora, se hace bastante pesada (la mismísima Megan llegó a asegurar que se trataba de su peor película; ¡ahí es nada!).


No entiendo muy bien qué quisieron hacer con este trabajo. Resulta un tanto contradictorio el casting seleccionado (la elección de Brolin parece una apuesta segura, Fox, a pesar de sus más que evidentes limitaciones, tiene el físico perfecto para su personaje, Malkovich es un actor de probada solvencia, pero dado a las estridencias, y Fassbender, Quinn o Shannon se presentan como secundarios casi de lujo pero, como decía antes, un tanto desaprovechados; y sí, a mí también me chirría la inclusión de Arnett, un actor que no es de mi devoción y cuya carrera ha transitado, casi exclusivamente, por derroteros decididamente cómicos). También que “sólo” invirtieran en ella unos escasos 50 millones de dólares. Y digo lo de escasos porque no se entiende que semejante cantidad sea la indicada para dar forma a una cinta que se supone aspira a ser el inicio de una nueva franquicia de éxito. ¿Tal vez fueron recortando al percatarse de su escasa viabilidad (en Estados Unidos recaudó aproximadamente una quinta parte de su presupuesto; el fiasco fue tan mayúsculo que en muchos países, el mío, España, incluido, no se llegó a estrenar en cines y se comercializó directamente para el mercado videográfico (¿DVDgráfico?)? Sea como fuere, lo cierto es que nos encontramos ante un fracaso mayúsculo; una oportunidad perdida (la de crear una saga distinta y no otra de superhéroes marca de la casa) auspiciada por la falta de talento de buena parte de sus implicados (los guionistas, que no han sabido atraparnos con una historia que se antoja, en todo momento, aburrida; pero también la de un realizador poco acertado que no da con el tono que necesitaba una película de estas características).

Lo mejor: Su reparto (no así las actuaciones; Fox incluso fue nominada a un “premio” Razzie en la categoría de peor actriz y compartió otra con Brolin, la correspondiente a peor pareja) y su ajustadísima duración (apenas 80 minutos). Ya que es mala, al menos que sea corta, ¿no?

Lo peor: Su (¡terrible!) guión, pergeñado por el tándem Neveldine-Taylor (Crank y su secuela). También la escasa visión del director, quien pasa de puntillas y se olvida en la recámara todo lo esencial: más estilo, más acción y más momentos épicos.

Puntuación: 2,5/10.

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