sábado, 30 de diciembre de 2017

Eduardo Manostijeras

Título original: Edward Scissorhands. Año: 1990. País: Estados Unidos. Género: Drama, Romance, Fantasía. Director: Tim Burton. Guionistas: Tim Burton y Caroline Thompson. Intérpretes: Johnny Depp, Winona Ryder, Dianne Wiest, Alan Arkin, Anthony Michael Hall, Vincent Price, Kathy Baker, Robert Oliveri, Caroline Aaron, Conchata Ferrell, Biff Yeager, Marti Greenberg.

Johnny Depp y Tim Burton iniciaron su (muy) fructífera relación laboral con la película que nos ocupa (con diferencia mi favorita, con permiso de la también sobresaliente Ed Wood, de sus numerosas colaboraciones), una preciosa (y preciosista) fábula protagonizada por un ser (el Eduardo Manostijeras del título, claro; Depp se hizo con el papel después de que este fuese rechazado por el mismísimo Gary Oldman) muy especial creado por un no menos especial inventor, interpretado (el personaje fue creado con él en mente) por el mitiquérrimo Vincent Price (cuya actuación tuvo que ser reducida drásticamente debido a su delicado estado de salud), cuya dilatada carrera (centrada especialmente en el cine de género) incluye títulos tan relevantes como Los crímenes del museo de cera (House of Wax), La caída de la casa Usher (House of Usher) o El péndulo de la muerte (Pit and the Pendulum). Quien sí había trabajado a las órdenes de Burton era Winona Ryder, protagonista femenina de la divertida Bitelchus (Beetlejuice) y pareja, por aquel entonces, de Depp. Pero a punto estuvo de no participar en la película, ya que le disgustaba enormemente cómo se comportaba su personaje, ansiado por una Drew Barrymore harta de que la actriz se hiciese con los papeles, éste, el de Escuela de jóvenes asesinos (Heathers) o el de Gran bola de fuego (Great Balls of Fire!), por citar sólo algunos, que ella tanto anhelaba, en un principio. Depp, afortunadamente, la convenció. Como novio del personaje de Ryder (y seguimos hablando del reparto) nos encontramos con uno de los integrantes del brat pack (aka “hatajo de mocosos”) de los 80, Anthony Michael Hall, habitual del cine de John Hughes: 16 velas (Sixteen Candles), El club de los cinco (The Breakfast Club), La mujer explosiva (Weird Science).


Todo comienza, y ya nos centramos en la sinopsis, cuando una vendedora de cosméticos Avon (una adorable Dianne Wiest, actriz ligada irremediablemente a Woody Allen, ya que a sus órdenes ha recibido importantes galardones, incluidos dos Oscars) se topa, durante una de sus visitas (ya saben, “Avon llama”), con Eduardo (el ya nombrado Depp), un ser imperfecto cuyo creador (el ya nombrado Price) falleció antes de poder terminarlo (es por ello que luce una colección de aterradoras tijeras en lugar de manos), y decide acogerlo en su casa ante el recelo de amigos y vecinos, quienes lo ven como una amenaza. 


Burton nos relata un maravilloso cuento de hadas, tan luminoso (véase el colorido vecindario o buena parte de sus entrañables habitantes) como oscuro (el aspecto del protagonista, la mansión en la que vivía, las acciones de algunos personajes…), con un mensaje conmovedor sobre el miedo a lo diferente y claras referencias a la historia de Frankenstein. La dirección artística es de auténtico lujo (desde las geniales y artesanales maquetas que sirven para dar cuerpo al ya mencionado vecindario hasta los inventos creados por el personaje de Price; recordemos que la cinta fue nominada a un Oscar, el correspondiente a mejor maquillaje), la banda sonora (una de las más maravillosas e inolvidables creadas por Danny Elfman, habitual de Burton) casa a la perfección y los intérpretes, con Depp a la cabeza (aunque ninguno desmerece), realizan un más que notable trabajo. El resultado final sólo puede ser catalogado de mágico. Tan mágico y memorable como ese momento en el que nuestro protagonista da forma a una figura de hielo mientras Kim (Ryder) baila bajo ella. A la postre uno de mis preferidos.

Lo mejor: Una historia que combina lo mejor del cine de Burton.

Lo peor: Revisitarla me recuerda todo lo que amaba de Burton y lo poco que me motivan sus trabajos más recientes.

Puntuación: 9/10.

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