Título original: Bram Stoker’s Dracula. Año: 1992. País: Estados Unidos. Género: Drama, Romance, Terror, Fantasía. Director: Francis Ford Coppola. Guionista: James V. Hart (adaptando la
novela de Bram Stocker). Intérpretes: Gary Oldman, Winona Ryder, Anthony
Hopkins, Keanu Reeves, Cary Elwes, Sadie Frost, Richard W. Grant, Tom Waits,
Billy Campbell, Jay Robinson, Monica Bellucci, Michaela Bercu, Florina
Kendrick.
Técnicamente
impecable (atención a su maravillosa introducción, todo un prodigio visual y
narrativo), así es esta adaptación de la novela de Bram Stoker llevada a cabo
por el mitiquísimo Francis Ford Coppola, quien realiza una película que se
aleja de las terroríficas producciones que el popular vampiro había
protagonizado con anterioridad, adentrándose en un relato de romance tétrico.
Así, se nos narra la historia de un conde (Gary Oldman) que, tras regresar de
la batalla y comprobar que su amada se ha quitado la vida, decide vender su
alma al diablo, dando así la espalda tanto a todo símbolo religioso (por los
que, para más inri, había luchado) como al amor. Pero todo cambia cuando se
topa con una joven llamada Mina (una Winona Ryder que, enamorada de la obra
original, la cual iba a ser rodada por el veterano realizador Michael Apted para
la pequeña pantalla, convenció a Coppola para que se hiciese cargo de la
adaptación que nos ocupa), una joven que es el vivo reflejo de aquel amor del
pasado tristemente desaparecido.
Esta nueva adaptación no sólo destaca por su increíble apartado técnico; también
conviene señalar la enorme labor llevada a cabo por su reparto, destacando las
interpretaciones de su pareja protagonista: Oldman y Ryder, esta última capaz
de mostrar la dualidad de su personaje (fortaleza e inocencia) de manera
tremendamente convincente. En el lado opuesto de la balanza nos encontramos a
Keanu Reeves (chascarrillo: Coppola revelaba, recientemente y para regocijo del
personal, que el actor y Ryder llevaban casados 25 años debido a que la
ceremonia que tuvo lugar en la película, y con sus personajes de protagonistas,
había sido llevada a cabo por un sacerdote real), de seguro el gran lastre de
esta producción. Su espantoso trabajo, gracias a una inexpresividad que
consigue restar credibilidad a toda escena en la que hace acto de presencia
(véase su llegada a Transilvania o sus desencuentros con Drácula), es el único
pero que se le puede poner a un reparto que se completa con la figura del
siempre eficaz Anthony Hopkins (a quien siempre veré como Hannibal Lecter, pero
ese es un problema que arrastro desde que el actor dio vida a tan emblemático
personaje), en el papel de Van Helsing, el famoso cazador de vampiros.
A medio camino entre el drama romántico y el cine de terror (pero mucho más vinculada a lo primero; si bien, es cierto que la cinta no escatima en escenas truculentas y/o sanguinolentas), Drácula de Bram Stoker es un éxito (por mucho que en su día las críticas recibidas fuesen más tibias de lo debido/merecido; aun así, la película se hizo con cuatro nominaciones a los Oscar: mejor vestuario, maquillaje, efectos de sonido y diseño de producción; obtuvo los tres primeros). Coppola firma una gran cinta (así como una gran adaptación) que tan sólo se ve lastrada por algún defectillo secundario o por alguna mala decisión (¿alguien dijo Keanu Reeves?; buena parte del casting fue, por lo visto, idea de la propia Ryder, incluida la participación de Reeves, con el que la actriz volvería a coincidir posteriormente en varios rodajes) pero que brilla gracias a su estupendo halo de terror (y romance) y al gusto por el detalle que demuestran los implicados.
Lo mejor: La adaptación de la
novela de Stoker llevada a cabo por James V. Hart (co-guionista de Contact, la película de Robert
Zemeckis), el vestuario, el (memorable) maquillaje, la ambientación, su (impactante)
banda sonora, los decorados, la (preciosista) fotografía (en general, todo lo
que tiene que ver con su apartado técnico) y el magnífico tándem formado por
Oldman y Ryder.
Lo peor: Keanu Reeves.
Puntuación: 8,5/10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario