Título original: May. Año: 2002. País: Estados Unidos. Género:
Terror, Comedia Negra. Director: Lucky McKee. Guionista: Lucky
McKee. Intérpretes: Angela Bettis, Jeremy Sisto, Anna Faris, James
Duval, Kevin Gage, Nichole
Hiltz, Will Estes, Merle Kennedy, Chandler Riley Hecht.
A medio camino
entre el cine gore y la comedia negra, May,
dirigida (y escrita) por Lucky McKee, es una propuesta de lo más estrafalaria;
tan curiosa y novedosa como interesante y borderline.
Angela Bettis,
vista, por ejemplo, en Inocencia
interrumpida (Girl, Interrupted), da vida a la May del título, una
joven con más que evidentes problemas para relacionarse con los demás. Una joven
cuya vida da un vuelco tras comenzar a sentir una fuerte atracción hacia Adam
(Jeremy Sisto). Bueno, en realidad su obsesión son… ¡las manos de Adam! Ése
será el principio del fin; el pistoletazo de salida para una desquiciante
búsqueda del amigo perfecto. Un amigo perfecto logrado a partir de distintas
partes del cuerpo de distintas personas… A Bettis y Sisto los secundan actores
como Anna Faris (Scary Movie, Scary Movie 2, Scary Movie 3, Scary Movie 4)
o James Duval (actor fetiche del director Gregg Araki).
Dos son los grandes
pilares sobre los que descansa el éxito de esta peculiar producción: el guión
(cruel y retorcido) y Bettis (ella lleva todo el peso interpretativo; su
personaje, para más inri, no puede ser más complejo ni estar más trastornado).
Si bien, no sería justo dejar de hablar de otros apartados, como, por ejemplo,
su banda sonora (uno de los muchos homenajes que la cinta rinda al cineasta
Dario Argento). May no es, de eso no
cabe duda, una película para todos los públicos (su poco tacto e incorrección
política pueden herir sensibilidades; atención a cierta escena que tiene como
protagonistas a un grupo de niños sordomudos que se cortan, una y otra vez, con
los cristales de las caja que protegía a la tétrica muñeca de May; atención
especial merece, asimismo, la música empleada durante dicha secuencia), pero sí
una agradable rareza dentro de un género (el de terror) tan anquilosado y
proclive a las vacuas repeticiones. Se podría decir que estamos ante una vuelta
de tuerca, en clave de cuento de terror juvenil actualizado, de la clásica
historia de Frankenstein.
Lo mejor: El guión de McKee y la
interpretación de Bettis.
Lo peor: La irregular filmografía
posterior de McKee. ¡Con lo que prometía!
Puntuación: 6/10.
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