Título original: Charmed. Año: 2018. País: Estados Unidos. Género:
Drama, Comedia, Romance, Acción, Fantasía. Director:
Brad Silberling. Guionistas: Jessica
O’Toole, Amy Rardin y Jennie Snyder Urman. Intérpretes: Madeleine Mantock, Melonie Diaz,
Sarah Jeffery, Rupert Evans, Ser’Darius Blain, Ellen Tamaki, Charlie Gillespie,
Natalie Hall, Brendon Zub.
Lo reconozco, me interesa mucho más la nueva adaptación de las
aventuras de la bruja Sabrina que ha preparado Netflix (que se estrena este mismo mes y que poco tiene que ver con
la serie cómica protagonizada en los noventa por Melissa Joan Hart) que este reboot de la serie de mismo título (Embrujadas
por estos lares; Charmed en su
versión original) que protagonizaron Shannen Doherty, Holly Marie Combs, Alyssa
Milano y Rose McGowan (y que se mantuvo en antena de 1998 a 2006).
Y sí, hubiese preferido una reunión del elenco original (y poder ver a
Doherty y McGowan juntas, por mucho que ya hayan compartido escena en Nowhere,
la bizarrísima película dirigida por Gregg Araki) en lugar de esta relectura de
tan popular serie. Y no soy el único (los fans más fatales de la obra original
han iniciado su propia campaña de acoso y derribo con el hashtag #StopCharmedReboot. Pero lo cierto es
que esta nueva versión ha encontrado tantos detractores (los anteriormente
señalados) como defensores (nunca está de más una serie protagonizada por
mujeres; una serie en la que ellas lleven la batuta). Eso sí, que haya sido
vendida como “feminista” y “empoderada” ha levantado suspicacias, sobre todo
entre las antiguas estrellas de la Embrujadas
original, quienes consideran que su serie ya era ambas cosas (razón, al
menos en parte, no les falta). Milano y, sobre todo, Combs se han mostrado muy
molestas con esta serie (la primera por no haber sido consultada; la segunda
por su sola existencia), mientras que Doherty y McGowan se han presentado
infinitamente más cautelosas (e incluso optimistas).
Pero centrémonos en esta nueva Embrujadas,
contando, por ejemplo, un poco de su argumento, el cual se inicia
presentándonos a dos hermanas, Mel (Melonie Diaz) y Maggie (Sarah Jeffery), que
descubren, tras la trágica muerte de su madre (Valerie Cruz), que tienen una
hermana mayor (¡toma guiño al tema de la hermana “perdida” que sirvió para que
McGowan sustituyera a Doherty!), Macy (Madeleine Mantock), y que juntas forman
un poderosísimo trío de brujas que ha de luchar contra toda suerte de amenazas.
Y sí, este primer capítulo también incluye otro gran guiño, ya que podemos ver,
en el famoso “Libro de las Sombras”, la figura de Melinda Warren, personaje que
los fans de la serie original (re)conocerán de sobras.
¿Y qué poderes tienen estas nuevas brujas? Pues unos muy parecidos a
los vistos en la original. Macy tiene poderes telequinéticos, Mel puede
congelar el tiempo y Maggie escuchar los pensamientos. Harry Greenwood
(interpretado por Rupert Evans) es el encargado de desvelar a las hermanas su
condición de brujas. Jessica O’Toole (Jane
the Virgin, The Carrie Diaries),
Amy Rardin (Jane the Virgin, The Carrie Diaries) y Jennie Snyder
Urman (Jane the Virgin, Emily Owens M.D.) ejercen de showrunners y Brad Silverling (Casper) se encarga de dirigir este
primer episodio.
A destacar el marcado carácter político que nos brinda esta nueva Embrujadas. También su afán por
convertirse en la más empoderada de la series actuales (¡difícil lo tiene!). El
problema es que a veces se sobre esfuerza en ello y descuida cosas tan esenciales
como una buena presentación de personajes (¡qué mal lo hacen con el de Evans!;
tampoco me convence la de Macy). Eso por no hablar de su colección de clichés o
de esa mezcla de géneros que tan bien funcionaba en la serie creada por
Constance M. Burge (drama, comedia, romance, fantasía) y que aquí se transforma
en piezas de un puzzle imposibles de encajar (sobre todo en lo que se refiere a
los momentos cómicos). Puzzle que, para colmo de males, servidor no va a querer
terminar (¡qué pereza!). Y es que, una vez visto el capítulo piloto, tengo
claro que estamos ante un reboot
bastante innecesario. Sí, cuenta con valores interesantes (y sí, los efectos
especiales son algo mejores; aunque tampoco era muy difícil, ¿no?), pero no veo
en él lo que me enganchó a la serie de Doherty y compañía (por mucho que de
ella me fuese bajando conforme avanzaron sus temporadas).
Lo mejor: Sí, es una serie
empoderada (aunque algunos momentos, como el de la manifestación, pequen de
simplistas). Sí, me gusta que tengamos (más) trabajos protagonizados por
mujeres. También que éstas sean latinas (o que una de ellas, Melonie Diez,
interprete a una lesbiana). Y sí, todo ello (y todo lo que tenga que ver con esa
diversidad tan ausente en buena parte de las series antiguas) es algo
decididamente positivo.
Lo peor: Son múltiples sus
posibilidades (una serie de temática sobrenatural puede dar mucho juego), pero
también me deja con la sensación de que tiene más bien poco que aportar. Este
primer episodio carece de la chispa que sí tenía el de la serie de 1998.
Además, la química de su trío protagonista dista mucho de la mostrada por
Doherty, Combs y Milano.
Puntuación: 4,5/10.
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