jueves, 7 de marzo de 2019

Amor y otras drogas

Título original: Love and Other Drugs. Año: 2010. País: Estados Unidos. Género: Drama, Comedia, Romance. Director: Edward Zwick. Guionista: Charles Randolph (adaptando el libro de Jamie Reidy). Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Anne Hathaway, Judy Greer, Hank Azaria, Gabriel Macht, Oliver Platt, Jaimie Alexander, Katheryn Winnick, George Segal.

Edward Zwick es uno de esos directores que sirven tanto para un roto como para un descosido; es decir, tanto para filmar cintas de acción (o películas bélicas), véase Estado de sitio (The Siege) o Resistencia (Defiance), como para sacar adelante melodramas románticos al servicio de famosas estrellas de Hollywood (el caso que nos ocupa).


La trama de Amor y otras drogas nos narra la historia de amor que se establece entre Jamie (Jake Gyllenhaal, al que veremos próximamente en la nueva entrega de la aventuras de Spider-Man), un vendedor de fármacos con un magnetismo especial para el sexo opuesto, y Maggie (Anne Hathaway, una de las protagonistas de la reciente Ocean’s 8, suerte de versión, en clave femenina, de la trilogía protagonizada por George Clooney, Brad Pitt y compañía), una joven enferma de Parkinson y con alergia a las relaciones serias. Pero, lo que comienza como una simple atracción sexual, pronto dará paso a algo más…


El largometraje se sostiene gracias a la compenetración (léase química) de su pareja protagonista (por mucho que las primeras apariciones del personaje de él resulten un tanto odiosas/tediosas). Y es que ni el guión, el cual se pierde en tópicos y blandenguerías varias (sin ahondar demasiado en un tema tan controvertido como es el mundo del mercadeo de medicamentos), ni mucho menos los secundarios, quienes se dividen entre insoportables e insustanciales, acaban de funcionar todo lo bien que debieran (o por lo menos todo lo bien como para hacer que este trabajo destaque sobre otros más o menos similares). Una cosa está más que clara: de no ser por Hathaway y Gyllenhaal este (inofensivo) trabajo no valdría la pena.

Lo mejor: Su pareja protagonista.

Lo peor: Un guión un tanto maniqueo y unos secundarios que no dan demasiado juego.

Puntuación: 5,5/10.

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