domingo, 2 de mayo de 2021

Los problemas crecen (Serie TV)

Título original: Growing Pains. Años: 1985-1992 (7 Temporadas). País: Estados Unidos. Género: Comedia. Creador: Neal Marlens. Intérpretes: Alan Thicke, Joanna Kerns, Kirk Cameron, Tracey Gold, Jeremy Miller, Ashley Johnson, Andrew Koenig, Chelsea Noble, Leonardo DiCaprio, Bill Kirchenbauer.

Problemas alimenticios (los de Tracey Gold, autoconfesados; por lo visto no ayudaba nada que su personaje fuese prácticamente definido como inteligente pero poco atractivo y tachado de ello, a modo burla, capítulo a capítulo), un ex-ídolo teen (¡la de pósters que acumularía en distintas revistas de índole juvenil a lo Súper Pop!) reconvertido en fundamentalista religioso de lo más extremista (sí, me refiero a Kirk Cameron, quien ejerce de predicador cristiano y ha llegado a señalar que la homosexualidad es “antinatural y destructiva para la civilización“ o a mostrarse como todo un negacionista), actores infantiles de escaso recorrido (a Jeremy Miller lo vimos crecer en pantalla gracias a esta serie; también confesar a Oprah que comenzó a beber a los cuatro años...) y futuras estrellas cinematográficas (un Leonardo DiCaprio que se asomó a ella en la temporada final; temporada en la que dio vida a un joven de complicada vida al que nuestra familia protagonista acababa acogiendo).

 
 
 
Tiene (triste) gracia que me venga antes a la cabeza todo lo expuesto arriba que cualquier trama (más allá de las bromas que sufría el personaje de Thicke a causa de su profesion, psiquiatra, o de las burlas, que hoy consideraríamos intolerables, que el de Cameron profería al de Gold) de esta Los problemas crecen. Y eso que me resultaba agradable (sí, era agradablemente inofensiva) acercarme a ella tras salir del cole. Pero bueno, señalemos que la misma nos narraba las idas y venidas, en clave de comedia pero con algunos momentos dramáticos, de una, valga la redundancia, familia, los Seaver, de clase media-alta; familia “bien” compuesta por una periodista (Joanna Kerns), un ya mencionado psiquiatra (Alan Thicke) y los tres hijos de ambos: el descarado Mike (Kirk Cameron), la responsable Carol (Tracey Gold) y el pequeño (y con el paso de las temporadas ya no tan pequeño) Ben (Jeremy Miller). Más tarde llegaría una cuarta hija, Chrissy (Ashley Johnson), y también el personaje de DiCaprio, cuya función, sin fortuna, fue repetir y renovar la fórmula. Un poco lo que intentaron otras series cuyos protagonistas ya se habían hecho mayores: Shannen Doherty se convirtió en el epicentro infantil durante el final de La casa de la pradera (Little House on the Prairie); a Glee llegó una especie de grupo semi-relevo después de que varios de sus personajes protagonistas se graduasen. Y me detengo aquí, citando sólo estos dos ejemplos bien distintos.


De claro tono moralista (ahí estaban siempre los progenitores, listos para solventar y aconsejar a sus cachorros ante los distintos problemas que les deparaba la vida; a pesar de ello, y ya metido de lleno en su mencionado fanatismo religioso, Cameron se dedicaba a vetar tramas que le parecían inmorales y hasta compañeros de reparto: hizo, por ejemplo, que despidieran a una actriz por haber aparecido en la revista Playboy e hizo que contrataran en su lugar a su pareja y futura mujer, Chelsea Noble) y naíf (incluso cuando tocó temas como el consumo de drogas), Los problemas crecen era una serie tan ligera (sí, incluso cuando se nutría de temas aparentemente espinosos) como entretenida de ver (capitulos de 25 minutos en, por norma general, clave de comedia). Contaba además con una sintonía inolvidable: As Long As We Got Each Other, de B.J. Thomas y Dusty Springfield. Nota: Los problemas crecen contó con dos secuelas en forma de telepelículas, Los problemas crecen, la película (The Growing Pains Movie) y Los problemas siguen (Gowing Pains: Return of the Seavers). También con un spin off, titulado Somos 10 (Just the Ten of Us) y protagonizado por un entrenador, interpretado por Bill Kirchenbauer, que nos era presentado, claro, en esta Los problemas crecen, y por su numerosa familia (actrices como Jamie Luner o Heather Langenkamp daban vida a algunas de sus hijas). Curiosidad: por la serie se dejaron caer actores que a posteriori darían el campanazo, como Hilary Swank, Heather Graham, Brad Pitt (participó en dos capítulos interpretando a dos personajes distintos) o Matthew Perry, quien, durante tres capítulos, dio vida a un ligue de Carol que terminaba muriendo al volante tras haber bebido...

Lo mejor: Era inofensiva, entretenida y, a veces, hasta entrañable.

Lo peor: Era blanda, edulcorada, tontorrona y condescendiente.

Puntuación: 5,5/10.

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