Título
original: El método. Año:
2005. País: España. Género:
Drama. Director:
Juan Marcelo Piñeyro. Guionistas: Mateo
Gil y Marcelo Piñeyro (adaptando la obra de Jordi Galcerán).
Intérpretes:
Eduardo Noriega, Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Pablo Echarri,
Najwa Nimri, Adriana Ozores, Carmelo Gómez, Natalia Verbeke.
El método vendría
a ser una suerte de oscuro reality (de esos en los que los
concursantes deben evitar se expulsados para optar al premio final)
en el que un grupo de candidatos a un puesto de trabajo deben probar
su valía para hacerse con el mismo.
Uno de los puntos más
interesantes y logrados de la película (aparte de su evidente pero
inteligente crítica al capitalismo y al individualismo) lo
encontramos en la labor de los actores (el reparto sólo puede ser
catalogado de impecable), algo a lo que ayudan unos personajes
perfectamente diseñados (el trabajo psicológico aplicado a cada uno
de ellos resulta magnífico). Y es que un largometraje como el que
nos ocupa, en el que prácticamente se prescinde de escenarios en los
que interactuar, todo el peso recae en los diálogos y en las
interpretaciones.
El resultado final no acaba de ser redondo
por varias razones. La más importante sería la frialdad que generan
tanto los personajes como la trama (por lo visto, en la obra teatral
original se hacía más hincapié en el humor que en el drama; aquí
sólo el personaje de Natalia Verbeke incita a la sonrisa), pero
también que durante su segunda mitad se intente rizar el rizo
(prácticamente a partir de cierto encuentro en los lavabos) con
desigual fortuna. De todas maneras, no me gustaría terminar hablando
sólo de cosas negativas y sí destacar que El método es,
valga la redundancia, una película metódica y audaz; cínica y
peliaguda; certera (en buena parte de su metraje) y hasta ciertamente
maquiavélica. Merece la pena.
Lo mejor: Diálogos
y actores.
Lo peor: Una
frialdad que no da tregua y unos personajes con los que, por norma,
no resulta demasiado fácil empatizar.
Puntuación: 7/10.
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