Título original: Sense8. Año:
2015. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Ciencia-Ficción. Directores: Andy y
Lana Wachowski. Guionistas: Andy
Wachowski, Lana Wachowski y J. Michael Staczynski. Intérpretes: Aml Ameen, Doona Bae, Jamie Clayton, Tina Desai,
Tuppence Middleton, Max Riemelt, Miguel Ángel Silvestre, Brian J. Smith, Freema
Agyeman, Terrence Mann, Anupam Kher, Naveen Andrews, Daryl Hannah.
Matrix (The Matrix) marcó un antes y un después en el cine de ciencia-ficción.
Parodiada e imitada como pocas, acabó convertida en película de culto. Y sus
directores, los desconocidos, por mucho que ya hubiesen llamado la atención de
algunos gracias al thriller erótico Lazos
ardientes (Bound), hermanos Wachowski, se convertían en los realizadores de
moda. Pero las dos secuelas que completaron la trilogía dejaron mal sabor de
boca a muchos fans. Ahora, y tras encadenar varios proyectos que no terminaron
de funcionar, buscan “refugio” en la pequeña pantalla y de paso medio rescatan (antes
ya lo había hecho Tarantino) a Daryl Hannah, la inolvidable sirena de Un, dos, tres… splash (Splash) y la igualmente
inolvidable replicante de Blade Runner,
una de las películas de género más importantes de la historia (¡y punto!).
El personaje de Hannah es el que sirve de nexo de unión, ya que el guión gira en torno a un grupo de jóvenes (entre ellos el español Miguel Ángel Silvestre) que comienzan a experimentar extrañas visiones en las que ésta se les aparece. En este primer capítulo básicamente nos acercamos a las vidas de esas ocho personas a las que alude el título.
Los Wachowski abusan de la cámara lenta (¡menuda sorpresa!) y dejan su impronta en cada fotograma (su estilo visual tremendista no deja indiferente a nadie, las cosas como son), pero la narración (la cual ya presuponía altamente caótica) se muestra, ya desde el minuto uno, empobrecida y farragosa. Vale, es verdad que en este episodio piloto “sólo” se dedican a presentarnos a los personajes. Si bien, es igualmente cierto que la historia no muestra desarrollo alguno y que, además, dichos personajes (salvo honrosísimas excepciones) y sus vidas (por muy excepcionales que parezcan) no me resultan especialmente interesantes (puedo sobrevivir sin conocer qué les depara la serie). Ni siquiera la sucesión de escenas subiditas de tono (muchas de ellas protagonizadas por la ex-estrella masculina de la terrible Sin tetas no hay paraíso) que prometen ofrecer los siguiente capítulos son reclamo suficiente. Y menos teniendo en cuenta la edad dorada que vive (desde hace ya muchos años) la pequeña pantalla y que hace que siga series por encima de mis posibilidades.
Lo mejor: Desconocer el rumbo que va a tomar.
Lo peor: Su batiburrillo de historias no engancha de buenas a
primeras.
Puntuación: 4/10.
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