Título original: White Bird in a Blizzard. Año:
2014. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Drama. Director: Gregg Araki. Guionista: Gregg Araki (adaptando una
novela de Laura Kasischke). Intérpretes: Shailene Woodley, Eva Green,
Christopher Meloni, Shiloh Fernandez, Thomas Jane, Angela Bassett, Gabourey
Sidibe, Sheryl Lee, Mark Indelicato, Jacob Artist, Brenda Koo, Michael Patrick
McGill.
Finales de los 80.
Una joven (Shailene Woodley) ve cómo su mundo se desmorona cuando su madre (Eva
Green) desaparece misteriosamente y su padre (Christopher Meloni) se presenta
como el principal sospechoso.
Shailene Woodley, protagonista de la terrible saga Divergente (Divergent), decidió participar en la película porque,
según aseguró, es fan de Araki. Araki, a su vez, contrató a Sheryl Lee porque le
fascina su actuación en Twin Peaks:
Fuego camina conmigo (Twin Peaks: Fire Walk with Me), la denostada película
precuela de la inolvidable serie de
David Lynch. Thomas Jane (Deep Blue Sea,
The Punisher); Shiloh Fernandez,
protagonista del remake de Posesión
infernal (Evil Dead); Angela Basset y Gabourey Sidibe (asiduas de la serie American Horror Story); Jacob Artist (Glee)
o los ya mencionados Eva Green, vista en películas como Soñadores (The Dreamers), Casino
Royale o El hogar de Miss Peregrine
para niños peculiares (Miss Peregrine’s Home for Peculiar Childre) y protagonista
de la serie Penny Dreadful, y Christopher Meloni, asiduo de la pequeña pantalla,
con series como Oz o Ley y orden: Unidad de víctimas especiales
(Law & Order: Special Victims Unit), y el cine, medio en el que ha
participado en producciones tan dispares como Novia a la fuga (Runaway Bride), El
hombre de acero (Man of Steel) o Sin
City: Una dama por la que matar (Sin City: A Dame to Kill For), completan
el reparto.
A Araki no se le da
nada mal adaptar trabajos ajenos. Ya lo demostró con la muy recomendable Mysterious
Skin y lo volvió a hacer con este trabajo, aunque el resultado final
sea mucho menos redondo y/o satisfactorio. Se agradece (al menos yo lo hago)
que, además, nos obsequie con su particular impronta (el desenlace es propio y
poco tiene que ver con el que sucede en la novela de Laura Kasischke que se adapta).
También el más que correcto trabajo de su elenco (Woodley se desnuda por dentro
y por fuera). Puede que la historia no sea la más original del mundo, o que
algunos intérpretes estén un tanto desaprovechados, pero Pájaro blanco de la tormenta de nieve (¡tremendo título!) mereció
algo más de rédito, no sólo dejarse caer por varios festivales (por aquí pudo
verse en el de Gijón) y pasar de puntillas por las carteleras. En Estados
Unidos tuvo la mala suerte de estrenarse (de manera limitada, para más inri) poco
antes que otra cinta de temática similar: la (muy) retorcida y (muy) laureada Perdida
(Gone Girl). Una pena.
Lo mejor: Su desenlace.
Lo peor: Una premisa demasiado
vista.
Puntuación: 6/10.
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