Título original: A.I. Artificial
Inteligence. Año: 2001. País: Estados Unidos. Género: Drama, Fantasía,
Ciencia-Ficción. Director: Steven
Spielberg. Guionistas: Steven
Spielberg e Ian Watson (adaptando una historia de Brian Aldiss). Intérpretes: Haley Joel Osment, Jude Law,
Frances O’Connor, Sam Robards, William Hurt, Brendan Gleeson, Jake Thomas, Ken
Leung, Clark Gregg, Enrico Colantoni.
La ternura (o
inocencia) y la maldad (u oscuridad) siempre han ido de la mano en el cine de
Spielberg. En la película que nos ocupa, una fábula en clave de ciencia-ficción
decidida a mostrar lo peor de nosotros mismos, se sobreexponen ambos temas,
aunque sin caer en manierismos de distinto tipo (algo a lo que no es inmune el
famoso cineasta).
El protagonista de la cinta (un proyecto que trajo de cabeza durante más de una
década al realizador Stanley Kubrick, quien finalmente convenció, e incluso
llegó a trabajar mano a mano con él, a Steven Spielberg para que se encargara
de él al considerar que el material original se encontraba más cercano a la
sensibilidad del director de E.T.
que a la suya propia, está dedicado al propio Kubrick, fallecido en 1999) es un
niño robot llamado David (Haley Joel Osment) que, tras ser abandonado, inicia
un particular peregrinaje que lo llevará a conocer (de primera mano) el lado
menos amable del ser humano y a conocer a todo tipo de personas y robots. Jude
Law (Cold Mountain), Sam Robards (American
Beauty), Frances O’Connor (Mansfield
Park), William Hurt, ganador del Oscar por El beso de la mujer araña (Kiss of the Spider Woman), y Clark Gregg,
el agente Coulson de la serie Agentes de
S.H.I.E.L.D. (Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D.), son algunos de los nombres
propios que participan en la misma.
Huelga señalar que el acabado o los efectos especiales de la cinta (su presupuesto se estima en unos holgadísimos, incluso teniendo en cuenta su temática, 100 millones de dólares) son de primer orden, aunque yo me quedo con el trabajo de sus actores (acertadísima la elección de Jude Law, nominado, dicho sea de paso, al Globo de Oro por su labor en esta cinta, para dar vida a un robot gigoló), en especial el llevado a cabo por un soberbio Haley Joel Osment (atención a las escenas que comparte con sus “padres adoptivos”), quien está incluso mejor que en su película más famosa/exitosa: El sexto sentido (The Sixth Sense). Comprendo que Inteligencia artificial, una suerte de versión hiperfuturista de Pinocho (Pinocchio), no sea un trabajo que agrade a todo el mundo (es una cinta de ciencia-ficción pretenciosa, profunda y larga, muy larga), pero a mí me gustó mucho por su acertada mezcla de ciencia-ficción futurista y sentimentalismo. Ciencia-ficción con corazón. Así lo podríamos definir.
Lo mejor: La ambientación, la historia, la banda sonora orquestada por John Williams (nominado al Oscar) y la interpretación de Haley Joel Osment.
Lo peor: Su, a todas luces
excesiva, duración (¡casi dos horas y media!).
Puntuación: 7/10.
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