lunes, 21 de enero de 2019

Los sustitutos

Título original: Surrogates. Año: 2009. País: Estados Unidos. Género: Ciencia-Ficción, Acción. Director: Jonathan Mostow. Guionistas: Michael Ferris y John D. Brancato (adaptando la novela gráfica de Robert Venditti). Intérpretes: Bruce Willis, Rasha Mitchell, Rosamund Pike, Ving Rhames, James Cromwell, Michael Cudlitz, Boris Kodjoe, James Francis Ginty, Jack Noseworthy, Victor Webster, Trevor Donovan.

En el futuro la gente ya no interactúa de la misma manera. Ahora disponen de una especie de robots humanoides (los sustitutos a los que alude el título) que manejan desde la distancia, evitando el contacto y, por tanto, todo tipo de enfermedades o accidentes que les puedan costar la vida. La acción, por cierto, tiene lugar en el año 2017 (sic).

 
Bruce Willis es el gran protagonista e interpreta a Tom Greer, un agente que se encarga de un extraño caso de homicidio en el que un asesino ha acabado con la vida de dos personas tras atacar a sus sustitutos. Radha Mitchell, protagonista femenina de la primera adaptación cinematográfica de la popular saga de videojuegos titulada Silent Hill, Rosamund Pike, nominada al Oscar, en la categoría de mejor actriz principal, por Perdida (Gone Girl), Ving Rhames (Pulp Fiction) y James Cromwell, nominado al Oscar, en la categoría de mejor actor de reparto, por Babe, el cerdito valiente (Babe), completan el reparto.


La película parte de una idea (recordemos que está basada en una novela gráfica) interesante, pero el devenir de la misma, así como el resultado final, son del todo insatisfactorios. Ya desde el principio se puede comprobar que los efectos especiales (aun siendo correctos) no son nada del otro mundo (¿no da la sensación de que las escenas con las que se abre el largometraje bien podrían formar parte de un videojuego cualquiera?), además, su metraje parece haber sufrido varios cortes (¿tal vez el primer montaje no fue demasiado bien recibido?), de ahí su corta duración. En fin, se podría decir que Los sustitutos es una Serie B disfrazada de superproducción (¡y pensar que costó unos más que estimables/respetables/exagerados 80 millones de dólares!) y protagonizada por una estrella de renombre (por mucho que su filmografía sea una suerte de montaña rusa en la que casi todo vale).

Lo mejor: Su más que valido punto de partida.

Lo peor: El devenir de la historia. Atención a su autoindulgente desenlace.

Puntuación: 4,5/10.

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