viernes, 11 de enero de 2019

La cuarta fase

Título original: The Fourth Kind. Año: 2009. País: Estados Unidos. Género: Ciencia-Ficción, Terror. Director: Olatunde Osunsanmi. Guionista: Olatunde Osunsanmi. Intérpretes: Milla Jovovich, Elias Koteas, Wil Patton, Hakeem Kae-Kazim, Corey Johnson, Enzo Cilenti, Daphne Alexander, Alisha Seaton, Eric Loren.

La cuarta fase es una ávida farsa que juega a recrear un falso documental. Pero, a diferencia de lo ofrecido por otras producciones, como El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project) o Paranormal Activity, aquí se nos dice (al principio de la cinta y con Jovovich mirando impúdicamente a cámara) que se recrea un hecho real y que, además, se incluyen vídeos y sonidos originales pertenecientes a dicha historia. Vídeos y sonidos que son tan falsos (de ahí la comparación con las películas antes mencionadas) como las recreaciones que interpretan Milla y compañía.


La trama se desarrolla en una pequeña localidad de Alaska en la que Abigail Emily Tyler (Milla Jovovich) ejerce de psicóloga. Tyler trata de recomponer su vida tras el trágico asesinato de su marido. Algo complicado, más todavía cuando un grupo de pacientes le comentan una pesadilla recurrente que les atormenta y que tienen en común. La doctora tratará de buscar la respuesta a dichas pesadillas a través de la hipnosis, lo que les conducirá a descubrir terribles secretos…


La película cuenta con ciertos recursos interesantes, como por ejemplo el uso de la división de pantalla para que veamos tanto la recreación de los sucesos como las supuestas (y, repito, falsas) grabaciones originales, las cuales acaban resultando lo mejor de la película y las únicas capaces de lograr algún tipo de impacto. Por contra, las actuaciones son mediocres, sobre todo la de Jovovich, quien sorprendentemente se ha labrado una amplia carrera cinematográfica, aunque sea a base de subproductos de acción y terror cercanos a la Serie B. Como cercana a la Serie B es esta película; película a la que ni su colección de sustos, ni sus múltiples trucajes, logran salvar de la quema.

Lo mejor: El punto álgido de la película lo encontramos en algunos de los vídeos amateurs, por ejemplo cuando vemos (a pesar de las muchas interferencias que pueblan la grabación) cómo un tipo se eleva (el gran “susto” de la cinta).

Lo peor: Todos los “talentos” implicados parecen trabajar con el piloto automático.

Puntuación: 4/10.

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