Título
original: Carnival of Souls. Año:
1962. País: Estados Unidos. Género:
Terror. Director:
Herk Harvey. Guionista: John
Clifford. Intérpretes:
Candace Hilligoss, Frances Feist, Sidney Berger, Art Ellison, Stan
Levitt, Tom McGinnis, Forbes Caldwell, Dan Palmquist, Bill de
Jarnette, Pamela Ballard.
Tras un accidente de
coche del que sale milagrosamente viva, Mary (Candace Hilligoss)
comienza a tener extrañas y aterradoras visiones que merman poco a
poco su capacidad para llevar una vida normal. Éste sería, a
grandes rasgos, el argumento de esta curiosa (y original, por lo
menos para su época) cinta de terror.
Si bien, lo cierto es que
El carnaval de las almas falla en su propósito, puesto que, a
pesar de resultar desconcertante e inquietante, no logra provocar
terror. No ahora, pero tampoco creo que lo consiguiese en su época.
Es más, estamos ante una película que pasó desapercibida durante
su estreno pero que con el tiempo, y como ha ocurrido con tantas
otras, ha terminado convertida en película de culto por su
originalidad, por mucho que se inspirase en un capítulo de la
teleserie La dimensión desconocida (The Twilight Zone).
Tampoco se le puede negar cierto estilo (por ejemplo, en su banda sonora, tan angustiosa como chirriante), haber creado escuela (muchas otras películas de género se han inspirado en ella) y algunos momentos muy bien llevados (sobre todo durante el último acto: ese parque de atracciones, el desconcierto que sufre la protagonista, la escena en la estación de autobuses…). Desafortunadamente, no ayudan a dar credibilidad a la historia unas interpretaciones que, en el mejor de los casos, resultan bastante pobres (apenas se salva Hilligoss), ni una fotografía que, a pesar de no ser precisamente mala (a destacar cómo juega con las luces y las sombras), no termina de resaltar todo lo bien que debiera ciertos momentos. Sin embargo, y a pesar de sus muchos defectos, lo cierto es que El carnaval de las almas resulta entrañable por su encanto cercano a la Serie B y por su recordable, y plagiadísimo, final.
Lo mejor: Su
indudable influencia en trabajos posteriores.
Lo peor: Terror la verdad es que no provoca.
Puntuación: 6/10.
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