Título
original: Eraserhead. Año:
1977. País: Estados Unidos. Género:
Intriga, Terror. Director:
David Lynch. Guionista: David
Lynch. Intérpretes:
Jack Nance, Charlotte Stewart, Allen Joseph, Jeanne Bates, Judith
Anna Roberts, Darwin Joston, T. Max Graham.
Reconozco que me fascina
el cine extravagante y que siento especial debilidad por cineastas
como David Lynch. Por eso era sólo cuestión de tiempo que cayese en
mis manos Cabeza borradora, su primer largometraje. Recuerdo
perfectamente la primera vez que intenté verla: terminé apagando la
tele al poco tiempo. No hubo mucha más suerte la segunda vez. A la
tercera fue la vencida (¡ojo!, no sería la primera vez que no puedo
terminar una cinta. Ahí están, por ejemplo, Saló o Pink
Flamingos). Mi conclusión: jamás (repito, jamás) se me
ocurriría recomendar Cabeza borradora. No es que considere
que sea un mal trabajo; no tiene nada que ver con eso; simplemente
creo que no es una película para todos los paladares (¡oh,
sorpresa!). Además, para adentrarse en el particular mundo de Lynch
podemos optar por largometrajes superlativos como Carretera perdida
(Lost Highway), Mulholland
Drive o la mitiquérrima serie Twin Peaks.
Jack
Nance (a quien posteriormente volveríamos a ver en distintos
trabajos de Lynch) es el protagonista e interpreta a Henry, un joven
apocado (¿y algo alienado?) que acaba de conocer que va a ser padre.
El nacimiento, de manera prematura, de la criatura (sic) desencadena
en él toda una serie de paranoias y miedos. Así se podría resumir
la particular cinta que nos trae hasta aquí.
Lynch nos ofrece una
película de lo más pesadillesca; una película en la que aglutina
muchas de sus obsesiones (como seguirían dando buena cuenta la
inmensa mayoría de sus trabajos posteriores); una película tan
grotesca como asfixiante, gracias a su claustrofóbica e inquietante
atmósfera, a su sucia fotografía (que le da un aspecto avejentado y
terrorífico) o a su escalofriante escasez de diálogos (en
ocasiones parece que estemos ante una película muda). Atención
especial merece la siniestra presencia del hijo del protagonista, un
ser desagradable (atención a cuando intentan alimentarlo) cuya
imagen se queda grabada a fuego en nuestra mente, o las igualmente
perturbadoras secuencias oníricas. Cabeza borradora es una
película repulsiva y fascinante; difícil de ver e imposible de
olvidar.
Lo mejor: Lo
perturbadora que es.
Lo peor: Es
un trabajo muy poco accesible dentro de la, generalmente poco
accesible, filmografía de Lynch. ¡Ahí es nada!
Puntuación: 6/10.
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