lunes, 21 de junio de 2021

Juegos salvajes

Título original: Wild Things. Año: 1998. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Erótico. Director: John McNaughton. Guionista: Stephen Peters. Intérpretes: Matt Dillon, Denise Richards, Neve Campbell, Kevin Bacon, Theresa Russell, Bill Murray, Robert Wagner, Daphne Rubin-Vega, Carrie Snodgress, Jennifer Taylor.

Enrevesado y (muy) tramposo thriller cuya trama se inicia cuando dos estudiantes muy distintas (antagonistas y aparentemente enemigas), Kelly (Denise Richards) y Suzie (Neve Campbell), acusan a Sam Lombardo (Matt Dillon), el consejero del instituto, de violación. Ray Duquette (Kevin Bacon) y su compañera Gloria (Daphne Rubin-Vega) serán los encargados de desenmarañar una historia en la que todos parecer mentir y/o tener mucho que ocultar.


John McNaughton dirige esta intriga semi-erótica. El realizador, recordemos, se dio a conocer con una dura película titulada Henry: retrato de un asesino (Henry: Portrait of a Serial Killer). Su carrera, sin embargo, ha ido dando tumbos desde entonces y está plagada de subproductos (alguna tv movie; mucho capítulo para teleseries) y películas menores (Normal Life). Se podría decir (no cuesta nada, en realidad) que Juegos salvajes es su mejor trabajo (y el más popular) desde que despuntara con la película antes mencionada.


McNaughton, vamos al grano, consigue impregnar a la película de un aire malsano y decadente ideal, algo a lo que también ayuda, y mucho, el buen trabajo de fotografía. Pero, en lo que más nos vamos a fijar (eso es así, seamos francos) es en la labor de los actores, quienes se tienen que enfrentar a personajes que no son lo que parecen, y en el guión, el cual puede resultar exasperante para los que busquen coherencia. Recuerdo que, cuando se estrenó, fue muy publicitado su ¿alto? (para nada) contenido sexual y, sobre todo, cierta escena lésbica protagonizada por Richards y Campbell (¡ojo también al inesperado frontal que se marca Bacon!), pero dichas escenas, por mucho que den de qué hablar (seriously?), deberían quedar en un segundo plano. Aquí lo relevante (para bien o para mal; todo depende de lo mucho que puedas pasar por alto ciertos dislates) es su retorcidísimo libreto. Juegos salvajes puede presumir de ser una de esas producciones en las que uno no sabe qué será lo siguiente en ocurrir, lo cual es todo un halago, por mucho que le guste jugar a tomarnos el pelo descaradamente.

Lo mejor: Un casting imposible al que no sé si detestar (por bizarro e imposible; atención a la breve, pero intensa, participación de... ¡Bill Murray!) o adorar (por lo mismo). Sí, creo que, a pesar de todo, opto más por lo segundo.

Lo peor: Es un título tramposo; muy tramposo.

Puntuación: 7/10.

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