viernes, 18 de marzo de 2022

El desafío: Frost contra Nixon

Título original: Frost/Nixon. Año: 2008. País: Estados Unidos. Género: Drama. Director: Ron Howard. Guionista: Peter Morgan (adaptando su propia obra). Intérpretes: Frank Langella, Michael Sheen, Rebecca Hall, Kevin Bacon, Toby Jones, Sam Rockwell, Oliver Platt, Matthew Macfadyen, Andy Milder, Gabriel Jarret. 

 
A lo largo de su dilatada carrera como director, Ron Howard ha ido acumulando éxitos, como 1, 2, 3... Splash (Splash), y fiascos, como Un horizonte muy lejano (Far and Away), a mayor gloria de su pareja protagonista: Tom Cruise y Nicole Kidman. Pero, y a excepción de su labor en producciones como Una mente maravillosa (A Beautiful Mind), nunca ha sido demasiado bien tratado por la crítica especializada, algo que cambió con este trabajo, a día de hoy uno de sus mayores logros tras las cámaras.
 
 
Y si bien el buen hacer de Howard (quien dota de brío y fuerza a una historia proclive a la sobriedad) es uno de los grandes aciertos de la película, no es menos cierto que Frank Langella y Michael Sheen, quienes dan vida a Richard Nixon y David Frost respectivamente, son el alma de la misma, logrando unas interpretaciones convincentes y llenas de matices. Y es que la cinta gira en torno a la entrevista que concedió el primero a Frost, un humorista y presentador inglés; la primera tras dimitir a consecuencia del escándalo Watergate.
 
 
 
A pesar de algunos defectillos que podrían haber sido pulidos (sobre todo en lo que se refiere a los personajes secundarios, los cuales pecan de exagerados o prescindibles), el resultado final es francamente satisfactorio, ya que logra compaginar lo grato con lo serio, algo que no siempre ocurre cuando se trabaja con material histórico; más aún cuando dicho material se halla tan relativamente cercano en el tiempo. Logra que hasta ciertas licencias (la conversación telefónica que mantienen Frost y Nixon, con este último mostrando evidentes síntomas de embriaguez) no chirríen mucho y cumplan bien con su cometido. Nota: obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar (película, director, actor principal, para Langella, guión adaptado y montaje). 
 
Lo mejor: Howard tras las cámaras y Langella y Sheen frente a ellas. 
 
Lo peor: A veces se notan en demasía (y juegan en su contra) sus orígenes teatrales. 
 
Puntuación: 7/10.

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