Título original: Frost/Nixon. Año: 2008. País: Estados Unidos. Género: Drama. Director: Ron Howard. Guionista: Peter Morgan (adaptando su propia obra). Intérpretes: Frank Langella, Michael Sheen, Rebecca Hall, Kevin Bacon, Toby Jones, Sam Rockwell, Oliver Platt, Matthew Macfadyen, Andy Milder, Gabriel Jarret.
A lo largo de su dilatada
carrera como director, Ron Howard ha ido acumulando éxitos, como 1,
2, 3... Splash (Splash), y fiascos, como Un horizonte muy
lejano (Far and Away), a mayor gloria de su pareja protagonista:
Tom Cruise y Nicole Kidman. Pero, y a excepción de su labor en
producciones como Una mente maravillosa (A Beautiful Mind),
nunca ha sido demasiado bien tratado por la crítica especializada,
algo que cambió con este trabajo, a día de hoy uno de sus mayores
logros tras las cámaras.
Y si bien el buen hacer de Howard
(quien dota de brío y fuerza a una historia proclive a la sobriedad)
es uno de los grandes aciertos de la película, no es menos cierto
que Frank Langella y Michael Sheen, quienes dan vida a Richard Nixon
y David Frost respectivamente, son el alma de la misma, logrando unas
interpretaciones convincentes y llenas de matices. Y es que la cinta
gira en torno a la entrevista que concedió el primero a Frost, un
humorista y presentador inglés; la primera tras dimitir a
consecuencia del escándalo Watergate.
A pesar de algunos
defectillos que podrían haber sido pulidos (sobre todo en lo que se
refiere a los personajes secundarios, los cuales pecan de exagerados
o prescindibles), el resultado final es francamente satisfactorio, ya
que logra compaginar lo grato con lo serio, algo que no siempre
ocurre cuando se trabaja con material histórico; más aún cuando
dicho material se halla tan relativamente cercano en el tiempo.
Logra que hasta ciertas licencias (la conversación telefónica que
mantienen Frost y Nixon, con este último mostrando evidentes
síntomas de embriaguez) no chirríen mucho y cumplan bien con su
cometido. Nota: obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar
(película, director, actor principal, para Langella, guión adaptado
y montaje).
Lo mejor: Howard
tras las cámaras y Langella y Sheen frente a ellas.
Lo peor: A
veces se notan en demasía (y juegan en su contra) sus orígenes
teatrales.
Puntuación: 7/10.
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