Título original:
Wendy and Lucy. Año: 2008. País: Estados Unidos.
Género: Drama. Directora:
Kelly Reichardt. Guionistas:
Kelly Reichardt y Jonathan Raymond. Intérpretes:
Michelle Williams, Will Patton, Will Oldham, John Robinson, Wally
Dalton, Larry Fessenden, John Breen, Brenna Beardsley.
Wendy y Lucy es un
claro ejemplo de película independiente de calidad (historia
sencilla pero emotiva, pocas localizaciones, ajustado reparto…).
Reichardt crea una atmósfera desasosegante (la pequeña localidad en
la que transcurre la acción, los coches que pueblan la carretera, la
gente marginal…), casi carente de diálogos y con un argumento que
puede parecer paupérrimo (habrá quien diga que en la película no
ocurre nada, algo que no comparto en absoluto), ya que apenas
conocemos nada de los personajes, ni siquiera de la protagonista. Sin
embargo, ello no es impedimento para crear unos vínculos de afecto
especiales hacia ella y hacia su desdicha. También influye mucho el
magnífico trabajo de Michelle Williams, actriz por la que ya sentía
una simpatía especial. Simpatía que ha aumentado considerablemente
tras ver esta película.
El caso es que la historia no puede
ser más sencilla. La misma está protagonizada por Wendy (Michelle
Williams), quien viaja hacia Alaska en busca de trabajo y con la
única compañía de su perra Lucy. Por un problema con el coche en
el que viajan, quedan atrapadas en un pequeño pueblo, en el cual la
joven es arrestada tras robar comida para perros en un supermercado.
En ese intervalo de tiempo Lucy desaparece (estaba atada en la
entrada de dicho supermercado), lo que da inicio a su desesperada
búsqueda.
Se dice que el cine es puro divertimento, que
funciona como producto de evasión. Es cierto, pero también es
cierto que sirve para transmitir otras muchas sensaciones. Con este
trabajo consiguen una muy concreta: emocionar. Wendy y Lucy no
sólo tocó mi fibra sensible, también me mantuvo en tensión
durante todo su metraje y, al final, ni siquiera conseguí evitar las
lágrimas. Bueno, en realidad apenas pude evitarlas durante su casi
hora y media de duración. Es más, mientras escribo esto y la
recuerdo no puedo evitar sentir un nudo en la garganta. Hacía tiempo
que una película no me provocaba algo parecido. Y es que la historia
de esta joven y su perra es tan especial que es imposible no
implicarse en su oda a la amistad. Puede que sea una película
pequeña (en presupuesto, ¡sólo 200.000 dólares!), pero es grande
en logros.
Lo mejor: Me
mantuvo angustiado hasta el final, con el corazón encogido.
Lo peor: Que,
como ya he dicho, haya quien la minimice diciendo de ella que es una
película en la que no ocurre nada.
Puntuación: 8/10.
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