Título original: House of Sand and Fog. Año: 2003. País: Estados
Unidos. Género: Drama. Director: Vadim Perelman. Guionistas: Vadim Perelman y Shawn
Lawrence Otto (adaptando la novela de Andre Dubus III). Intérpretes: Jennifer Connelly, Ben Kingsley, Shohreh
Aghdashloo, Frances Fisher, Ron Eldard, Jonathan Ahdout, Navi Rawat, Kim
Dickens.
La propiedad de una casa es el
leitmotiv de este crudo e intenso drama. Kathy (Jennifer Connelly) la pierde
por un problema burocrático (está pasando por una mala época y cierta dejadez
acaba teniendo sus funestas consecuencias); por otro lado Behrani (Ben Kingsley,
nominado al Oscar en la categoría de mejor actor principal) la compra en una
subasta para habitarla junto a su mujer (Shohreh Aghdashloo, nominada al Oscar
en la categoría de mejor actriz de reparto) e hijo (Jonathan Ahdout). Así da
inicio una lucha legal y la discordia entre ambas partes, especialmente entre
Kathy y Behrani, en la que también tendrá mucho que decir un policía llamado
Lester (Ron Eldard).
La película no se pierde en artificios ni obviedades. El guión es muy sólido
(no en vano proviene de una novela a la que por lo visto es muy fiel) y los
actores prodigiosos. Todos los intérpretes implicados realizan una labor
francamente sobresaliente, a pesar de que algunos, como la abogada a la que da
vida Frances Fisher, estén poco definidos o algo desaprovechados. Especialmente
reseñable es el trabajo ofrecido por el trío que forman Connelly (tristemente
adorable), Kingsley y Aghdashloo. Además, se agradece que la película no tome
partido por ninguna de las dos partes, manteniéndose al margen y logrando con
ello una visión más acertada sin necesidad de entrar en el simplista juego de
buenos contra malos.
Casa de arena y niebla es un buen
ejemplo de drama adulto de calidad. No sólo por su guión y la labor de los
intérpretes antes mencionados, sino también por su buen acabado técnico.
Destaca la dirección (resulta sorprendente que Perelman fuese debutante en la
dirección de largometrajes), su excelente banda sonora o una muy apropiada
fotografía (la cual se acopla perfectamente al tono de la película). Estamos
ante un trabajo de lo más interesante, emocionante, pero tan agotador como
angustioso (sobre todo cuando los problemas comienzan a acumularse haciendo
mella en los actos de nuestros protagonistas). Es mejor no verla un día demasiado
gris o logrará hundirnos irremediablemente en la más absoluta de las miserias.
Lo mejor: Su reparto.
Lo peor: Es tan terriblemente dramática que puede llegar a resultar
demasiado asfixiante.
Puntuación: 7,5/10.
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