Título original: Magnolia. Año:
1999. País: Estados Unidos. Género: Drama.
Director: Paul Thomas Anderson. Guionista: Paul Thomas Anderson. Intérpretes: Julianne Moore, Philip
Seymour Hoffman, Tom Cruise, John C. Reilly, Philip Baker Hall, William H.
Macy, Melora Walters, Jason Robards, Alfred Molina, Jeremy Blackman, Pat Healy,
Luis Guzmán, Felicity Huffman.
Paul Thomas Anderson ya había
llamado la atención de la crítica especializada gracias a sus dos primeros
largometrajes (Sidney y, sobre todo,
Boogie Nights), pero fue esta
película, una cinta coral sobre el amor y la redención, la que logró transformarle
en el nuevo director de moda (elevado al Olimpo gracias a sus posteriores trabajos)
con el que todo Hollywood quería trabajar.
Un moribundo (Jason Robards), la mujer de éste (Julianne Moore), un misógino
que se gana la vida dando consejos a otros hombres (Tom Cruise), un policía
(John C. Reilly) o una especie de niño prodigio (Jeremy Blackman) son algunos
de los muchos personajes cuyas historias se cruzan a lo largo de la película.
Mi favorita: la que protagonizan los personajes de John C. Reilly y Melora
Walters, por mucho que no sea ni la más emotiva ni la más rompedora.
Magnolia puede presumir de contar
tanto con una de las mejores introducciones como con uno de los desenlaces más
impactantes que servidor haya tenido la oportunidad de ver. No sorprende que Anderson
se hiciera con una nominación al Oscar en la categoría de mejor guión original.
Pero los que roban cada escena en la que participan son sus actores. Y es que
la película cuenta con un reparto impecable. Destaca Tom Cruise, aunque sólo
sea por lo satisfactorio que resulta verlo dilapidar su imagen de niño bien.
Sólo le pondría una (gran) pega: su excesiva duración. Tiene gracia que la
primera intención del director fuese la de filmar “algo pequeño e íntimo”.
Lo mejor: La introducción y el desenlace. También su reparto.
Lo peor: Su duración.
Puntuación: 7,5/10.
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