Título original: The Time Traveler’s Wife. Año: 2009. País: Estados
Unidos. Género: Drama, Romance, Ciencia-Ficción.
Director: Robert Schwentkee. Guionistas: Jeremy Leven y Bruce Joel
Rubin (adaptando la novela de Audrey Niffenegger). Intérpretes: Eric Bana, Rachel McAdams, Ron
Livingston, Arliss Howard, Jane McLean, Stephen Tobolowsky, Alex Ferris, Tatum
McCann, Hailey McCann.
Está bien que de vez en cuando el
melodrama romántico varíe sus propuestas incluyendo unas pinceladas de fantasía.
Es lo que hace la película que nos ocupa, una suerte de drama con bien de viajes
en el tiempo. Y es que romance y fantasía no casan nada mal. Y si no que se lo
digan a Demi Moore y Patrick Swayze. De todas maneras, yo me quedo (sin ninguna
duda) con la pareja que forman Bana y McAdams, actores sobre cuyas
interpretaciones (y química) descansa gran parte del éxito de este trabajo.
Bana da vida a Henry, un hombre que desde pequeño convive con una extraña
habilidad que le permite viajar en el tiempo, pero con la peculiaridad de que
no puede controlar ni cuándo sucederán dichos viajes ni dónde irá a parar.
Durante uno de ellos trabará amistad con Clare (Rachel McAdams), con la que
inicia una relación de lo más complicada (no hace falta indicar por qué).
No me imagino Más allá del tiempo en
manos de otro director. Schwentke (quien actualmente sobrevive dirigiendo sagas
de tercera regional) filma con estilo y elegancia (como elegante es el trabajo
llevado a cabo por el director de fotografía) e imprime clase al acabado final (véase
el falso plano secuencia en el que se nos muestra el devenir de los años en la
vida de los protagonistas). Sí, es cierto que la película resulta algo blandita
y que busca deliberadamente la lágrima del espectador. Pero no la puedo culpar
por ello (consigue su objetivo en distintas ocasiones). Tampoco la culpo por su
predecible desenlace. Su encantadora pareja protagonista (en unos papeles para
los que Niffenegger tenía en mente a Adrien Brody y Lauren Ambrose) y varios
momentos mágicos (nunca mejor dicho) acaban por redimirla (aunque no sea
necesario) completamente.
Lo mejor: Su pareja protagonista.
Lo peor: Que su tono a veces se pase de edulcorado.
Puntuación: 6/10.
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