Título original: A Nightmare on Elm Steet 2: Freddy’s
Revenge. Año: 1985. País: Estados Unidos. Género: Terror.
Director: Jack Sholder. Guionista: David Chaskin. Intérpretes: Mark Patton, Robert
Englund, Clu Gulager, Robert Rusler, Kim Myers, Hope Lange, Marshall Bell.
Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy tiene el
distinguido honor de ser conocida como la peor de las secuelas de la famosa
franquicia protagonizada por el asesino de las cuchillas. Dirige Jack Sholder,
experto en el género (de terror y Serie B) y cuya filmografía incluye títulos
como Lo oculto (The Hidden), Arachnid o Wishmaster 2: El mal nunca muere (Wishmaster 2: Evil Never Dies).
Estamos ante una insustancial secuela que pasa por alto todos los aciertos de
la película original para contar (más o menos) lo mismo, pero de (muchísima)
peor manera. La historia pasa de puntillas por lo sucedido en la película de
Craven para, rápidamente, mostrarnos a una familia que se traslada a la casa en
la que sucedió la anterior masacre perpetrada por Freddy Krueger (Robert
Englund). Pronto Jesse (Mark Patton), el hijo de la familia, comienza a tener
pesadillas en las que hace acto de presencia el susodicho asesino, quien trata
de seguir con sus crímenes a través del joven.
La película cuenta con dos grandes fallos: el restar protagonismo a Freddy y el
cambiar sustancialmente su leitmotiv. Si en la película anterior se nos
mostraba que Freddy sólo podía actuar a través de los sueños, y lo que allí
sucedía se trasladaba al mundo real, ahora comprobamos que puede hacerlo fuera
valiéndose del joven protagonista. Un giro innecesario que rompe con la premisa
original. Igualmente desacertada es la incorporación del insulso Patton como
protagonista. Sólo destacaría alguna escena (la inicial, por ejemplo) y el
negro sentido del humor del que hace gala Krueger. Yo también comparto que
estamos ante la peor de sus secuelas.
Lo mejor: Sus muy comentadas escenas homoeróticas (inusuales en el género). Véase la escena que tiene lugar en un bar de ambiente y que termina con el entrenador Schneider (Marshall Bell) siendo azotado en las duchas del vestuario.
Lo peor: Que rompiese (para mal) con la tónica impuesta por la
primera (y excelente) entrega.
Puntuación: 2,5/10.
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