Título original: A Nightmare on Elm Street 3: Dream
Warriors. Año: 1987. País: Estados Unidos. Género: Terror.
Director: Chuck Russell. Guionistas: Wes Craven, Chuck Russell,
Frank Darabont y Bruce Wagner. Intérpretes:
Heather Langenkamp, Robert Englund, Patricia Arquette, Jennifer Rubin,
Laurence Fishburne, Craig Wasson, Ken Sagoes, Ira Heiden, Rodney Eastman, John
Saxon, Priscilla Pointer.
Una de las cosas que me gustan de
la saga Scream es que somos testigos,
a través de las distintas películas, de las idas y venidas (o más bien de las
desdichas) de los mismos protagonistas, lo que, además, sirve para que
empaticemos con ellos de manera especial. Por ello considero que uno de los
grandes errores de la segunda entrega de las desventuras de Freddy (Robert
Englund) fue prescindir de su heroína original: Nancy (Heather Langenkamp).
Dicho error es solventado en esta tercera parte, en la cual Nancy regresa
convertida en psicóloga y preparada para ayudar a un grupo de problemáticos
muchachos (entre ellos destaca el rostro de la posteriormente popular Patricia
Arquette; también aparece Laurence Fishburne, actor de dilatada carrera, visto
en películas como Matrix o en series
como C.S.I., interpretando a uno de
los trabajadores del lugar). Su sorpresa será descubrir que todos ellos tienen
en común unos sueños recurrentes en los que aparece el archifamoso tipo de las
cuchillas, así como unos poderes especiales que pueden desplegar en dichos
sueños y que serán vitales para su supervivencia.
En esta entrega destaca el irónico sentido del humor que despliega Freddy, el
cual todavía no cae en el deslavazado tono paródico de posteriores películas;
las muertes imaginativas y rebuscadas (véase la escena en la que Freddy maneja
a una de sus víctimas como si de una marioneta se tratara, literalmente) o los nuevos
datos sobre el pasado de nuestro temible protagonista. Se podría decir que, a
pesar de sus fallos, es la mejor secuela de tan longeva franquicia.
Lo mejor: Que recupere a Langenkamp y amplíe la iconografía alrededor del personaje de Krueger.
Lo peor: A veces conjuga el terror con otros géneros sin que
termine de cuajar.
Puntuación: 6/10.
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