En menos de dos años se
celebrará el 30 aniversario del rodaje (al siguiente el de su estreno) de Escuela de jóvenes asesinos (Heathers). Esa película que puso en el mapa a sus
protagonistas (Winona Ryder, Christian Slater y Shannen Doherty; todos ellos
refugiados de distintas maneras en la pequeña pantalla). Esa película icónica
que ha sido imitada y homenajeada por trabajos como Caramelo asesino (Jawbreaker), Chicas
malas (Mean Girls) o Damiselas en
apuros (Damsels in Distress). También por series como Scream
Queens, de Ryan Murphy. Esa película que, como se supo hace unos meses,
contará con su propio reboot televisivo. Reboot al que recientemente se
sumaba Doherty. La actriz se mueve como pez en el agua en el medio. Ha
protagonizado varias series de éxito, Sensación de vivir (Beverly Hills, 90210) y Embrujadas
(Charmed) serían las más famosas, y ha participado en otras tantas: La casa de la pradera (Little House on
the Prairie), Nuestra casa (Our
House), North Shore, Sensación de vivir: La nueva generación (90210), la futura MallBrats… Además, su filmografía se completa con un buen puñado de
tv movies. Servidor destacaría
varias: Los fugitivos (Jailbreakers),
dirigida por William Friedkin, director de The
French Connection, contra el imperio de la droga (The French Connection) o El exorcista (The Exorcist), y en la
que la actriz compartía pantalla con Adrien Brody, ganador del Oscar por El pianista (The Pianist); Una ardiente
pasión (A Burning Passion: The Margaret Mitchell Story), en la que daba vida a la autora de Lo que el viento se llevó (Gone With
the Wind); el drama fantástico Another
Day, producido por American Zoetrope, la compañía de Francis Ford
Coppola; La batalla de Mary Kay (Hell on Heels: The
Battle of Mary Kay), en la que actuaba (y hasta les robaba algún que otro
plano) junto a Shirley MacLaine y Parker Posey; o varios subproductos de la
infame The Asylum, como Lago de sangre: El ataque de las lampreas
asesinas (Blood Lake: Attack of the Killer Lampreys), título que buscaba
repetir el éxito de la cutre-saga Sharknado.
Su colección de telepelículas en las que tiene que interpretar a la víctima de
turno las dejamos para otra ocasión.
Pero Doherty no es
la única que ha buscado consuelo en la pequeña pantalla con éxito. Ryder y
Slater han logrado resucitar sus carreras gracias a dos series bien distintas: Stranger
Things (en la que la otrora musa de la Generación X da vida a una madre desesperada cuyo hijo pequeño ha
desaparecido misteriosamente) y Mr.
Robot (cuya trama gira en torno a una conspiración cibernética y en la que
Slater es el líder de un grupo de piratas informáticos). Y digo lo de resucitar
porque Slater llevaba años encadenando subproductos de Serie B, con títulos estilo
Alone in the Dark (adaptación del videojuego
de mismo título), Cazadores
de mentes (Mindhunters) o El
hombre sin sombra 2 (Hollow Man 2), y alguna que otra serie de escaso
recorrido, como Sin identificar (The
Forgotten), Breaking In o Mind Games, mientras que Ryder no terminaba
de encontrar su lugar. O bien participaba brevemente en películas importantes,
como Star Trek (en la que
interpretaba a la madre de Spock) o Cisne
negro (Black Swan), o probaba suerte (sin demasiada fortuna) en
distintos géneros: la comedia, con trabajos como Mr. Deeds (al servicio de Adam Sandler) o ¡Qué dilema! (The Dilemma); la ciencia-ficción, con la cuarta
entrega de Alien; la acción,
protagonizando El protector (Homefront)
junto a un experto en esas lides como Jason Statham. Ambos acaban de ser
nominados a los Globos de Oro (por las series antes mencionadas, claro). Ambos
han sobrevivido a los 80/90. Ambos han acabado triunfando en la tele; rompiendo
de paso con años malditos en los que tuvieron que participar en trabajos muy
inferiores a los que merecían sus innegables (y demostrados) talentos.
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