Título original: Pose. Año: 2019 (Temporada 2 de Pose). País: Estados Unidos. Género:
Drama. Creadores: Ryan Murphy, Brad
Falchuk y Steve Canals. Intérpretes: Mj Rodriguez, Billy Porter, Indya Moore, Ryan
Jamaal Swain, Dominique Jackson, Angel Bismark Curiel, Angelica Ross, Hailie
Sahar, Dyllon Burnside, Patti LuPone, Sandra Bernhard.
Excluyendo sus múltiples antologías (American
Horror Story, American
Crime Story), Pose se ha convertido en la serie (de
esas narradas de manera convencional; es decir, que cada temporada es
continuación de la anterior) más exitosa de Don Ryan Murphy desde la ya lejana Glee.
Y eso que él mismo ya ha declarado que no cree que la misma vaya a durar muchos
más años (aunque de momento ya ha sido confirmada una tercera temporada; lo
hizo cuando la que nos ocupa apenas había comenzado a emitirse).
El mérito es doble, ya que, aunque Ryan (y compañía) se ha
caracterizado por sus repartos multiculturales y diversos, los protagonistas de
esta historia (sita en los años 90; es más, a lo largo de esta temporada tiene
mucho peso ese éxito de Madonna, titulado Vogue,
que llevaba hasta el mismísimo mainstream,
recordemos que la canción fue un mega éxito y sigue siendo uno de los cortes
clave de la artista, el tema de los ballroom)
son negros y latinos; gays y trans. Gente a la que pone voz y en el centro de
una historia que, aunque terriblemente dramática (el VIH también juega un papel
desgraciadamente relevante), tiene una luminosidad inusitada (no en vano, el
foco se centra en la amistad que se establece entre los distintos protagonistas
y cómo estos se apoyan los unos en los otros durante sus momentos de necesidad).
Porque sí, Pose es, por encima de
todo, una muy válida historia de valores, entendimiento y superación personal.
Pero, retomando el tema de su luminosidad, me gustaría indicar que en ello
hallo tanto lo que más me gusta de la serie (es imposible no empatizar con sus
personajes; quieres, al menos yo quiero, por encima de todo, que las cosas les
vayan bien) como lo que menos (siento que a veces peca de simplista, que a sus
personajes les pasan cosas maravillosas que encuentro bastante inviables pero
que tolero por el amor que siento por ellos). Tampoco me entusiasma el ritmo (a
esta segunda temporada, y a pesar de que ya conocemos a los personajes, le
cuesta arrancar). Además, y para colmo de males, creo que pasa muy de puntillas
por algunas subtramas (los problemas con las drogas de cierto personaje, por
ejemplo, aparecen y desaparecen con sonrojosa rapidez). Eso sí, Blanca (Mj
Rodriguez) mantiene su candidez y Elektra (Dominique Jackson) se destapa
definitivamente (la temporada pasada estaba entre mis tres favoritas; ésta
escala fácilmente hasta la primera posición) como el gran personaje de Pose.
Lo mejor: Que hayan prescindido
de los personajes de Evan Peters y, sobre todo, Kate Mara y James Van Der Beek
(al final aportaron lo justo; más bien poco en el caso de los dos últimos) y se
centren en los que realmente nos importan (es decir, Blanca y compañía, claro).
Lo peor: Le cuesta arrancar, en
ocasiones peca de superficial (o blandita) y, sobre todo, el innecesario (y
aburrido) episodio sexto (sí, el realizado para que nuestros protagonistas
luzcan sus dotes para el canto; supongo que quería aprovechar la presencia de
Patti LuPone y dotar de algo de entidad a su plano personaje de villana; spoilers: no lo consiguen).
Puntuación: 7/10.
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