domingo, 2 de febrero de 2020

Star Wars: El ascenso de Skywalker

Título original: Star Wars: The Rise of Skywalker. Año: 2019. País: Estados Unidos. Género: Aventuras, Ciencia-Ficción, Fantasía. Director: J.J. Abrams. Guionistas: J.J. Abrams, Chris Terrio, Derek Connolly y Colin Trevorrow. Intérpretes: Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Adam Driver, Carrie Fisher, Mark Hamill, Harrison Ford, Billy Dee Williams, Kelly Marie Tran, Anthony Daniels, Lupita Nyong’o, Domhnall Gleeson, Naomi Ackie, Keri Russell, Richard E. Grant, Ian McDiarmid, Joonas Suotamo, Billie Lourd, Dominic Monaghan.

¡Qué decepción!, lo que comenzó, con Star Wars: El despertar de la fuerza (Star Wars: The Force Awakens), como una nueva trilogía repleta de guiños y más que buenas intenciones a desembocado en una saga tan olvidable como esas precuelas perpetradas por George Lucas. Los últimos Jedi ya me pareció terriblemente decepcionante (¿cómo podía cagarse tanto en la figura de Luke (Mark Hamill)?) y la que nos ocupa, y que debería ser todo un festival de acción y lágrimas (para algo cierra esta nueva etapa de la popular franquicia), se destapa como una cinta que, además de no arriesgar absolutamente nada (ninguna novedad, estamos hablando de una película destinada a romper las taquillas de todo el mundo y sus responsables lo saben), se caga (aunque sea un poquito o por incoherente) en lo que se nos había venido narrando hasta ahora.


El ascenso de Skywalker tenía una tarea harto complicada: cerrar las muchas subtramas que se habían abierto (El despertar de la fuerza funcionaba como película que nos contaba más o menos lo mismo de siempre pero de manera actualizada y con una ingente cantidad de guiños y homenajes, tanto para el fan fatal como para el fan ocasional) y desarrollado (y no de manera demasiado acertada) con esta nueva trilogía y, además, hacer olvidar el regusto agridulce (había gustado más a crítica que a público; esta El ascenso de Skywalker ha recibido más varapalos de la crítica sin llegar a lograr el aplauso de los aficionados) que había dejado el anterior largometraje (la ya mencionada Los últimos Jedi). Así, El ascenso de Skywalker retoma la historia de buenos (liderados por Rey, nuestra nueva Luke Skywalker, a la que da vida Daisy Ridley; saber su procedencia es una de las grandes incógnitas de estas nuevas películas y sí, la misma queda revelada en la que nos ocupa) contra malos (con un Adam Driver que, aunque aquí no se luzca demasiado, no ha parado de brillar desde su participación en la serie Girls) conforme va dejando de lado a buena parte de los nuevos fichajes, con John Boyega y Kelly Marie Tran (cuya participación aquí queda relegada a simple cameo) a la cabeza. Además, los que nos presentan aquí tampoco es que aporten demasiado. Véase a Keri Russell, actriz contratada (y a la que apenas vemos el rostro) para servir, básicamente, como contrapunto romántico e innecesario (y es que El ascenso de Skywalker se esfuerza en querer dejar a todos los personajes emparejados o semi-emparejados y no tanto en querer dar un cierre digno a una saga que ha ido como pollo sin cabeza).


2019 comenzó (bueno, más o menos) con el decepcionante desenlace de Juego de tronos (Game of Thrones), la serie de la década (¡y más!), y terminó con esta otra decepción (¡los fans de este tipo de trabajos de género no ganamos para disgustos!). A servidor le gustó especialmente la primera película de esta trilogía, pero dice mucho que el título más celebrado, si atendemos a lo dicho por fans, críticos y público en general, sea Rogue One, spin off que contaba lo sucedido entre los episodios III, aka La guerra de las galaxias: La venganza de los Sith (Star Wars: Revenge of the Sith), y IV, aka La guerra de las galaxias: Una nueva esperanza (Star Wars: A New Hope). El ascenso de Skywalker es un final de fiesta más agrio que dulce.

Lo mejor: Los efectos especiales siguen siendo espectaculares y la banda sonora de John Williams tan electrizante (por mucho que no nos sea ya novedad) como acostumbra.

Lo peor: Su falta de cohesión/coherencia (por mucho que no estemos ante unas películas altamente coherentes) y, por encima de todo, la falta de emoción y emotividad que me transmite este título. J.J. Abrams pasa por aquí de puntillas, como intentando no molestar. Lo que consigue es todo lo contrario.

Calificación: 5,5/10.

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