Título original:
Obsessed. Año: 1992. País: Estados Unidos.
Género: Drama,
Intriga. Director:
Jonathan Sanger. Guionista: David
E. Peckinpah. Intérpretes:
Shannen Doherty, William Devane, Clare Carey, James Handy, Lois
Chiles, Lisa Ann Poggi, Albert Stratton.
Lorie (Shannen Doherty)
es una atractiva joven que inicia una relación con Ed (William
Devane, quien para entonces ya había sido nominado a dos Globos de
Oro y a un premio Emmy), un hombre mucho mayor que ella. Todo parece
ir bien hasta que él empieza a dar muestras de no tomarse demasiado
en serio la relación. Ello disgusta a la joven, quien comienza una
obsesión enfermiza y destructiva... Dirige Jonathan Sanger, cuya
faceta más interesante es la de productor de, entre otras muchas, y
por citar mi favorita de entre ellas, El
hombre elefante (The Elephant Man).
Así, y como pueden
comprobar, la temática de Más allá de la obsesión no es
precisamente nueva; el cine ya lo ha explotado en múltiples
ocasiones, no hay más que recordar, sin ir muy lejos, Atracción
fatal (Fatal Attraction). Es por ello que lo más interesante de
esta telepelícula se halla en las interpretaciones de su pareja
protagonista. Devane realiza una acertada actuación, pero es Doherty
(con el personaje más agradecido, interpretativamente hablando)
quien demuestra gran solvencia, realizando una interpretación
ajustada y no cayendo en sobreactuaciones facilonas.
El resto,
predecible: ataques de celos, discusiones verbales y otras
situaciones más extremas. Por ello es mejor centrarse en cómo se
desarrollan dichas escenas (así como, claro, en las
interpretaciones) que en el devenir de las mismas. De todas maneras,
y teniendo en cuenta que lo indicado anteriormente supone uno de los
mayores handicaps de esta Más allá de la obsesión, tan sólo
señalar que en realidad estamos ante una correcta producción que
deja, y siento repetirme, cierto regusto a déjà vu. Al menos es
mejor que cierta película de mismo título (original) protagonizada
por Beyoncé.
Lo mejor: Su
pareja protagonista.
Lo peor: Sus
tópicos, elevados a la enésima potencia durante el último tramo.
Puntuación: 5/10.
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