Título original: BH90210. Año: 2019. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Drama. Directora: Elizabeth Allen Rosenbaum. Guionistas: Mike
Chessler, Chris Alberghini, Tori Spelling y Jennie Garth. Intérpretes: Gabrielle Carteris, Shannen Doherty, Jennie Garth,
Brian Austin Green, Jason Priestley, Tori Spelling, Ian Ziering, Vanessa Lachey,
La La Anthony, Ivan Sergei, Karis Cameron.
Colegio Degrassi (Degrassi Junior High), la muy tremenda serie
canadiense, llegó antes (nota 1: 1987; nota 2: el cineasta Kevin Smith es fan
fatal, tanto que, por ejemplo, se puede ver al personaje de Shannen Doherty
luciendo una cazadora con su logotipo en la película de culto Mallrats),
pero fue la mitiquérrima Sensación
de vivir (Beverly Hills, 90210) la que sentaría las bases de lo que
debía ofrecer una serie juvenil de éxito. Sin ella, seamos claros, no hubiesen
existido otras, como Dawson
crece (Dawson’s Creek), The O.C.,
Gossip Girl, la muy reciente (y
recomendable) Euphoria o, a nivel
nacional, Al salir de clase (¡no te
lo perdonaré jamás, Spelling!). Todas ellas deudoras de la infalible
combinación de culebrón juvenil y problemas propios (¡o no!) de la edad (vista
hoy día sigue sorprendiendo que ya entonces se manejasen temas tan complejos, o
tabúes, como el suicidio, el acoso o el abuso de sustancias; sí, a veces eran
tratados de manera un tanto moralista o naíf, pero lo importante es que eran
mostrados en prime time y en una
serie que hablaba de tú a tú a la juventud).
Sensación de vivir, un éxito sin paliativos, se mantuvo en
antena durante 10 temporadas (¡casi 300 capítulos!), haciendo de sus
protagonistas rostros populares en todo el mundo. Y no sólo eso, generó un
popular spin off, la muy loca Melrose Place, e incluso conoció una
tardía “secuela” (y lo pongo entre comillas porque por la misma tan sólo
aparecerían tres de las protagonistas, Jennie Garth, Shannen Doherty y Tori
Spelling; la primera con un papel secundario durante las primeras temporadas;
la segunda y tercera como invitadas especiales en unos pocos capítulos)
titulada Sensación
de vivir: La nueva generación (90210) y centrada en un nuevo grupo de
jóvenes y guapos chicos de Beverly Hills. Por cierto, la serie que nos trae
hasta aquí obvia la existencia de esta última. Y, además, ni siquiera es una
continuación propiamente dicha, ya que los actores se interpretan a sí mismos.
O, mejor dicho, a versiones exageradas de sí mismos. Todo comienza cuando, tras
una convención que celebra el 30 aniversario del estreno de la serie original, y
a la que acuden varios de los que fueron sus principales protagonistas
(Priestley, Garth, Spelling, Ziering, Carteris y Green; Doherty se persona vía
vídeo en directo; es más, la actriz, que aparece muy brevemente, ni siquiera
llega a compartir, en este primer capítulo, espacio físico con el resto de
compañeros), a Spelling, que anda mal de pasta (nota: la actriz ha sido, en los
últimos meses, carne de la presa amarillista a causa de su aparentemente mala
situación financiera), se le ocurre que sería buena idea realizar un reboot de la serie que les dio fama
mundial. Spelling (con la ayuda de su amiga Garth) es, de hecho, la principal
impulsora de esta nueva serie.
Dejémoslo todavía más claro: BH90210
no continúa con las desventuras de Brandon (Jason Priestley), Brenda (Shannen Doherty)
y compañía. En BH90210 tenemos a un huraño
Priestley que prefiere trabajar como
director y que quiere sacar adelante una película de bajo presupuesto (el actor
ha dirigido capítulos para un montón de series); a una Garth que se ha
divorciado tres veces y que tiene que lidiar con una hija adolescente (en la
vida real se ha casado tres veces y tiene tres hijas con su segundo esposo, el
también actor Peter Facinelli); a un Carteris que ejerce de presidenta del
sindicato de actores (igual que en la realidad); a un Green eclipsado por su
pareja (La La Anthony en la serie; la actriz Megan Fox, vista en blockbusters estilo Transformers,
en la vida real); a un Ziering convertido en empresario del culto al cuerpo; a
una Spelling que tiene que lidiar con el mantenimiento de seis hijos (en la
vida real tiene uno menos), y con problemas financieros (sobre todo después de
que hayan cancelado su último reality;
nota: en la vida real ha protagonizado varios realities); y a una Doherty dedicada en cuerpo y alma a la lucha
por los derechos de los animales (algo a lo que la actriz se ha entregado en
los últimos tiempos). Y es aquí, en comprobar cómo juegan con realidad y
ficción (y cómo los principales implicados deciden reírse de sí mismos o de la
imagen que proyectan), donde radica el encanto (y la valía) de esta BH90210. De momento, como buen fan de
la Sensación de vivir y conocedor de
las “hazañas” de sus principales implicados, estoy disfrutando enormemente de
este bizarro entretenimiento (hasta le perdono que titubee en el tono o que parezca
empecinado en no hacer demasiada sangre). Y sí, han cuidado los detalles (véase
esta
divertida promo o los títulos
de crédito, claramente continuistas).
Lo mejor: Estuve, los tres
cuartos de hora (bueno, casi, ya que también hay algún momento
destinado a sacarnos alguna que otra lagrimilla) que dura el capítulo, con una
sonrisa de oreja a oreja. ¿Qué más se puede pedir?
Lo peor: Que no sea más
hiriente. Peca, un pelín, de condescendiente.
Puntuación: 7/10.
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