Título original: American Crime Story: The Assassination
of Gianni Versace. Año: 2018 (Temporada 2 de American Crime
Story). País: Estados Unidos. Género: Drama, Intriga. Creadores: Ryan Murphy, Scott Alexander
y Larry Karaszewski. Intérpretes: Darren
Criss, Edgar Ramírez, Penélope Cruz, Finn Wittrock, Cody Fern, Ricky Martin, Judith
Light, Joanna Adler, Jon Jon Briones, Max Greenfield, Dascha Polanco, Joe
Adler, Jay R. Ferguson, Will Chase, Analeigh Ashford, Mike Farrell, José Zúñiga,
Cathy Moriarty.
American
Crime Story, antología
televisiva, cambia de tono para enfrentarse a su segunda temporada, pasando de
los fríos y rígidos juzgados de la primera entrega (la que nos narraba el
juicio a O.J. Simpson por el asesinato de su mujer y el amante de ésta) a la
soleada Miami, ciudad en la que el diseñador Gianni Versace (interpretado por
Edgar Ramírez) perdió la vida a manos del joven Andrew Cunanan (a quien da vida
Darren Criss, popular gracias a Glee,
otra de las creaciones de Ryan Murphy, y que se halla aquí con el que es, sin
lugar a dudas, el papel más importante de su todavía breve carrera
interpretativa; Criss es consciente de ello y lo aprovecha al máximo, destapándose
su actuación como uno de los grandes aciertos de la temporada), un asesino en
serie.
Y si en la susodicha The
People v. O.J. Simpson (aquí somos tan chulos de que no traducimos el
título de la primera entrega y sí el de la segunda) la figura de la abogada
Marcia Clark (interpretada magistralmente por Sarah Paulson) sobresalía a la
del propio O.J. (papel en manos de Cuba Gooding Jr.), aquí ocurre algo parecido
pero elevado a la enésima potencia; es decir, el personaje de Versace da motivo
a la temporada (no diría que es la excusa, pero casi), pero el verdadero protagonista
de la misma es su asesino, un Andrew Cunanan al que acompañamos en un viaje que
comienza mostrándonos cómo mata al diseñador para, a partir de ahí, retroceder
en el tiempo (cada capítulo va un poco más atrás, en lo que se presenta como
una narración de lo más interesante a la que algunos tildarán de farragosa sin,
de ninguna manera, serlo) y mostrarnos los distintos asesinatos que perpetró,
haciendo hincapié en cómo conoció a su gran amor no correspondido, David Madson
(Cody Fern), o a Jeffrey Trail (Finn Wittrock), oficial naval desterrado por su
condición de homosexual, e incluso indagando en su complicada niñez y en la
relación que mantuvo con su sumisa madre (excelente Joanna Adler) y con su
autoritario y controlador (y liante) padre (Jon Jon Briones). También aparecen
por ahí sus hermanos, pero su presencia es casi (y sin el casi) testimonial.
Como ya he dicho,
el tono nada tiene que ver con el visto en la primera temporada (tan formal y
rígido); en El asesinato de Gianni Versace,
y a pesar de los temas que trata, priman los colores y no se duda en abordar
las escenas más polémicas como si de un capítulo (¡alguno de los más light, ojo!)
de American
Horror Story (otra de las antologías creadas por Ryan Murphy) se
tratara. Y no lo digo como algo peyorativo, ya que me ha parecido incluso más
amena y de mejor digestión (por muy raro que parezca usar semejante expresión)
que la protagonizada por Paulson. Lo que sí se mantienen son las buenas
interpretaciones. De Ramírez y Cruz (interpretando a su amiga Donatella
Versace) me las esperaba (lo mejor que puedo decir de la participación del
cantante Ricky Martin, como el amante de Versace, es que, además de breve, no
molesta, lo cual ya es mucho), es por ello que la gran revelación viene de la
mano de un Darren Chriss que hace mucho más que mantener el tipo. ¡Él es la
serie! Me alegra que Murphy haya tenido a bien recuperarlo, ya que no lo había
vuelto a ver (dejando aparte su fugacísima participación en dos capítulos de Hotel,
la quinta entrega de American Horror
Story) desde la edulcorada Glee.
Pero la de Criss no es la única sorpresa interpretativa que nos depara esta
temporada, ya que también deberíamos que tener en cuenta las llevadas a cabo
por Judith Light (una suerte de reina de los cosméticos de teletienda y viuda del
magnate Lee Miglin, interpretado por Mike Farrell, una de las víctimas de
Cunanan), que se debate entre la excelencia y la estridencia, y por unos muy
entregados Joanna Adler (cuyo retrato de una mujer empequeñecida por la
dictatorial figura de su marido sólo puede ser catalogado de maravilloso) y Jon
Jon Briones (como el susodicho marido). El
asesinato de Gianni Versace no tiene nada que envidiar a The People v. O.J. Simpson; no goza de
su temple, pero resulta igual de recomendable. A mi incluso me ha resultado más
entretenida.
Lo mejor: Darren Criss, Judith
Light, Joanna Adler, Max Greenfield (en un papel, el de amigo/conocido de Cunanan,
y portador de VIH positivo, que nada tiene que ver con el de la serie New Girl y que tanta fama le ha
otorgado) y Jon Jon Briones (por este orden). También su poco convencional
narración (¡todo un acierto!).
Lo peor: Que, al no gozar de la
formalidad de The People v. O.J. Simpson,
no se la tenga en tan alta estima. También que no indague más (al menos a mí me
deja con las ganas) en la enfermiza relación que mantuvieron Cunanan padre y
Cunanan hijo. Eso sí, aplaudo su sutileza a la hora de abordar/afrontar ciertos
temas.
Puntuación: 7/10.
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