lunes, 9 de abril de 2018

American Crime Story (Temporada 2): El asesinato de Gianni Versace

Título original: American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace. Año: 2018 (Temporada 2 de American Crime Story). País: Estados Unidos. Género: Drama, Intriga. Creadores: Ryan Murphy, Scott Alexander y Larry Karaszewski. Intérpretes: Darren Criss, Edgar Ramírez, Penélope Cruz, Finn Wittrock, Cody Fern, Ricky Martin, Judith Light, Joanna Adler, Jon Jon Briones, Max Greenfield, Dascha Polanco, Joe Adler, Jay R. Ferguson, Will Chase, Analeigh Ashford, Mike Farrell, José Zúñiga, Cathy Moriarty.

American Crime Story, antología televisiva, cambia de tono para enfrentarse a su segunda temporada, pasando de los fríos y rígidos juzgados de la primera entrega (la que nos narraba el juicio a O.J. Simpson por el asesinato de su mujer y el amante de ésta) a la soleada Miami, ciudad en la que el diseñador Gianni Versace (interpretado por Edgar Ramírez) perdió la vida a manos del joven Andrew Cunanan (a quien da vida Darren Criss, popular gracias a Glee, otra de las creaciones de Ryan Murphy, y que se halla aquí con el que es, sin lugar a dudas, el papel más importante de su todavía breve carrera interpretativa; Criss es consciente de ello y lo aprovecha al máximo, destapándose su actuación como uno de los grandes aciertos de la temporada), un asesino en serie. 

 
Y si en la susodicha The People v. O.J. Simpson (aquí somos tan chulos de que no traducimos el título de la primera entrega y sí el de la segunda) la figura de la abogada Marcia Clark (interpretada magistralmente por Sarah Paulson) sobresalía a la del propio O.J. (papel en manos de Cuba Gooding Jr.), aquí ocurre algo parecido pero elevado a la enésima potencia; es decir, el personaje de Versace da motivo a la temporada (no diría que es la excusa, pero casi), pero el verdadero protagonista de la misma es su asesino, un Andrew Cunanan al que acompañamos en un viaje que comienza mostrándonos cómo mata al diseñador para, a partir de ahí, retroceder en el tiempo (cada capítulo va un poco más atrás, en lo que se presenta como una narración de lo más interesante a la que algunos tildarán de farragosa sin, de ninguna manera, serlo) y mostrarnos los distintos asesinatos que perpetró, haciendo hincapié en cómo conoció a su gran amor no correspondido, David Madson (Cody Fern), o a Jeffrey Trail (Finn Wittrock), oficial naval desterrado por su condición de homosexual, e incluso indagando en su complicada niñez y en la relación que mantuvo con su sumisa madre (excelente Joanna Adler) y con su autoritario y controlador (y liante) padre (Jon Jon Briones). También aparecen por ahí sus hermanos, pero su presencia es casi (y sin el casi) testimonial.

 
Como ya he dicho, el tono nada tiene que ver con el visto en la primera temporada (tan formal y rígido); en El asesinato de Gianni Versace, y a pesar de los temas que trata, priman los colores y no se duda en abordar las escenas más polémicas como si de un capítulo (¡alguno de los más light, ojo!) de American Horror Story (otra de las antologías creadas por Ryan Murphy) se tratara. Y no lo digo como algo peyorativo, ya que me ha parecido incluso más amena y de mejor digestión (por muy raro que parezca usar semejante expresión) que la protagonizada por Paulson. Lo que sí se mantienen son las buenas interpretaciones. De Ramírez y Cruz (interpretando a su amiga Donatella Versace) me las esperaba (lo mejor que puedo decir de la participación del cantante Ricky Martin, como el amante de Versace, es que, además de breve, no molesta, lo cual ya es mucho), es por ello que la gran revelación viene de la mano de un Darren Chriss que hace mucho más que mantener el tipo. ¡Él es la serie! Me alegra que Murphy haya tenido a bien recuperarlo, ya que no lo había vuelto a ver (dejando aparte su fugacísima participación en dos capítulos de Hotel, la quinta entrega de American Horror Story) desde la edulcorada Glee. Pero la de Criss no es la única sorpresa interpretativa que nos depara esta temporada, ya que también deberíamos que tener en cuenta las llevadas a cabo por Judith Light (una suerte de reina de los cosméticos de teletienda y viuda del magnate Lee Miglin, interpretado por Mike Farrell, una de las víctimas de Cunanan), que se debate entre la excelencia y la estridencia, y por unos muy entregados Joanna Adler (cuyo retrato de una mujer empequeñecida por la dictatorial figura de su marido sólo puede ser catalogado de maravilloso) y Jon Jon Briones (como el susodicho marido). El asesinato de Gianni Versace no tiene nada que envidiar a The People v. O.J. Simpson; no goza de su temple, pero resulta igual de recomendable. A mi incluso me ha resultado más entretenida.

Lo mejor: Darren Criss, Judith Light, Joanna Adler, Max Greenfield (en un papel, el de amigo/conocido de Cunanan, y portador de VIH positivo, que nada tiene que ver con el de la serie New Girl y que tanta fama le ha otorgado) y Jon Jon Briones (por este orden). También su poco convencional narración (¡todo un acierto!).

Lo peor: Que, al no gozar de la formalidad de The People v. O.J. Simpson, no se la tenga en tan alta estima. También que no indague más (al menos a mí me deja con las ganas) en la enfermiza relación que mantuvieron Cunanan padre y Cunanan hijo. Eso sí, aplaudo su sutileza a la hora de abordar/afrontar ciertos temas.

Puntuación: 7/10.

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