Título original: Iron Fist. Año: 2017 (Temporada 1 de Iron Fist). País: Estados Unidos. Género: Acción, Intriga, Drama. Creador: Scott Buck. Intérpretes:
Finn Jones, Jessica Henwick, Rosario Dawson, Jessica Stroup, Tom Pelphrey,
David Wenham, Wai Ching Ho, Carrie-Anne Moss, Sacha Dhawan, Clifton Davis,
David Furr, Alex Wyse, Barrett Doss.
Iron Fist fue el
último de los superhéroes (a The Punisher no lo contamos como tal, ¿no?) Marvel en llegar a Netflix, y el que faltaba para que se formaran Los
Defensores (The Defenders); pero también fue el que se llevó la
recepción más tibia, con críticas infinitamente más desfavorables que las
recibidas por todas las entregas superheroicas anteriores. Y no era inquina, Iron Fist realmente las merecía (al
menos en su gran mayoría).
La serie comienza
con Danny Rand (Finn Jones), aka Iron
Fist, quien de niño fue dado por muerto tras un accidente aéreo en el que sus progenitores
sí perdieron la vida, regresando a su ciudad natal, Nueva York, para contactar
con sus viejos amigos de la infancia y… ¿hacerse cargo del lucrativo negocio
familiar (y/o pedir su parte del pastel)? Negocio que regentan, con puño de
hierro, sus supuestos amigos de la infancia, Ward (Tom Pelphrey), y la hermana
de éste, Joy (Jessica Stroup), hijos del aparentemente fallecido (y digo lo de
aparentemente porque no tarda en aparecer en escena, y de manera bastante
rocambolesca) Harold Meachum (David Wenham), quien fundó la empresa junto al
padre de nuestro protagonista. Pero lo que Rand no espera (seriously?) es ser tomado por un loco (peligroso) que parece
haberse apropiado de la identidad de un fallecido multimillonario… Ahora bien, Iron Fist (la serie) acaba tomando otro
rumbo (el de Rand tratando de demostrar su verdadera identidad no da mucho
juego) en el que La Mano, la temida organización criminal, juega un papel de lo
más relevante/importante. Rand, con los conocimientos de Kung Fu adquiridos
tras haber sido entrenado por los monjes de una ciudad mística conocida como
K’un-Lun (haciéndose, de paso, poseedor de un poder, conocido como “Puño de Hierro”,
que le otorga una fuerza especial al concentrar toda su energía espiritual en
su puño) decidirá hacer frente a tan peligrosa amenaza. Pero no estará solo, ya
que lo acompañarán Colleen (Jessica Henwick), experta en artes marciales y con
la que nuestro protagonista traba (no sin ciertos problemas) amistad, y un
rostro conocidos por los telespectadores (la hemos podido ver en todas las
producciones Netflix/Marvel), el de Rosario Dawson,
recuperando su papel de Claire Temple. Quien también reaparece (en 3 de los 13
capítulos que componen esta primera temporada) es Carrie-Anne Moss (Matrix), a quien ya vimos en Jessica
Jones, interpretando nuevamente a la abogada Jeri Hogarth.
Pero retomemos la
conversación del inicio y preguntémonos por qué la serie fue tan mal recibida.
Lo que está claro es que no gustó nada que se eligiese a Jones, un actor inglés
al que hemos podido ver en Juego de
tronos (Game of Thrones), donde dio vida a Loras Tyrell, para un papel que
debería haber interpretado un actor asiático. Pero, dejando eso al margen (y a
pesar de que sea un tema importante; Hollywood lo sabe y está tomando buena
nota últimamente, por la cuenta que le trae), yo opino que el casting de la
serie no está tan mal; el problema se halla más bien en cómo han sido escritos
los personajes (blandos, monocromáticos; ¡veo a Claire Temple, pero no la
reconozco!, ¡no parece la misma persona que en el resto de series!; además, su
participación está muy metida con calzador). La narración también sufre lo
suyo: la serie no sabe hacia dónde va y, lo que es peor, no hay ningún
antagonista potente (¿dónde está el Killgrave o Kingpin de turno?), más allá de
todo lo que rodea a La Mano. Iron Fist
es un producto caótico (la narración se presenta extrañamente confusa sin
necesidad), un tanto holgazán (parece que no hayan puesto ni una milésima parte
del entusiasmo desplegado en sus hermanas mayores) y decididamente torpe (sirvan
como ejemplo las escenas de acción, mucho más monótonas y aburridas de lo
esperado). Es verdad que se han (o nos hemos) cebado con ella, pero a un
trabajo de estas características (sobre todo teniendo en cuenta lo buenas que
fueron sus predecesoras) hay que exigirle (mucho) más.
Lo mejor: Que nos introduzca (un
poquito más) en todo lo que rodea a la organización conocida como La mano y que
tan relevante se presenta para el futuro del resto de series Netflix/Marvel.
Lo peor: Los personajes están mal
definidos (o resultan mucho menos interesantes y tridimensionales) y la
historia es presentada de manera torpe, tanto a nivel narrativo como a nivel
visual.
Puntuación: 4,5/10.
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