miércoles, 18 de abril de 2018

Iron Fist (Temporada 1)

Título original: Iron Fist. Año: 2017 (Temporada 1 de Iron Fist). País: Estados Unidos. Género: Acción, Intriga, Drama. Creador: Scott Buck. Intérpretes: Finn Jones, Jessica Henwick, Rosario Dawson, Jessica Stroup, Tom Pelphrey, David Wenham, Wai Ching Ho, Carrie-Anne Moss, Sacha Dhawan, Clifton Davis, David Furr, Alex Wyse, Barrett Doss.

Iron Fist fue el último de los superhéroes (a The Punisher no lo contamos como tal, ¿no?) Marvel en llegar a Netflix, y el que faltaba para que se formaran Los Defensores (The Defenders); pero también fue el que se llevó la recepción más tibia, con críticas infinitamente más desfavorables que las recibidas por todas las entregas superheroicas anteriores. Y no era inquina, Iron Fist realmente las merecía (al menos en su gran mayoría).

 
La serie comienza con Danny Rand (Finn Jones), aka Iron Fist, quien de niño fue dado por muerto tras un accidente aéreo en el que sus progenitores sí perdieron la vida, regresando a su ciudad natal, Nueva York, para contactar con sus viejos amigos de la infancia y… ¿hacerse cargo del lucrativo negocio familiar (y/o pedir su parte del pastel)? Negocio que regentan, con puño de hierro, sus supuestos amigos de la infancia, Ward (Tom Pelphrey), y la hermana de éste, Joy (Jessica Stroup), hijos del aparentemente fallecido (y digo lo de aparentemente porque no tarda en aparecer en escena, y de manera bastante rocambolesca) Harold Meachum (David Wenham), quien fundó la empresa junto al padre de nuestro protagonista. Pero lo que Rand no espera (seriously?) es ser tomado por un loco (peligroso) que parece haberse apropiado de la identidad de un fallecido multimillonario… Ahora bien, Iron Fist (la serie) acaba tomando otro rumbo (el de Rand tratando de demostrar su verdadera identidad no da mucho juego) en el que La Mano, la temida organización criminal, juega un papel de lo más relevante/importante. Rand, con los conocimientos de Kung Fu adquiridos tras haber sido entrenado por los monjes de una ciudad mística conocida como K’un-Lun (haciéndose, de paso, poseedor de un poder, conocido como “Puño de Hierro”, que le otorga una fuerza especial al concentrar toda su energía espiritual en su puño) decidirá hacer frente a tan peligrosa amenaza. Pero no estará solo, ya que lo acompañarán Colleen (Jessica Henwick), experta en artes marciales y con la que nuestro protagonista traba (no sin ciertos problemas) amistad, y un rostro conocidos por los telespectadores (la hemos podido ver en todas las producciones Netflix/Marvel), el de Rosario Dawson, recuperando su papel de Claire Temple. Quien también reaparece (en 3 de los 13 capítulos que componen esta primera temporada) es Carrie-Anne Moss (Matrix), a quien ya vimos en Jessica Jones, interpretando nuevamente a la abogada Jeri Hogarth.

 
Pero retomemos la conversación del inicio y preguntémonos por qué la serie fue tan mal recibida. Lo que está claro es que no gustó nada que se eligiese a Jones, un actor inglés al que hemos podido ver en Juego de tronos (Game of Thrones), donde dio vida a Loras Tyrell, para un papel que debería haber interpretado un actor asiático. Pero, dejando eso al margen (y a pesar de que sea un tema importante; Hollywood lo sabe y está tomando buena nota últimamente, por la cuenta que le trae), yo opino que el casting de la serie no está tan mal; el problema se halla más bien en cómo han sido escritos los personajes (blandos, monocromáticos; ¡veo a Claire Temple, pero no la reconozco!, ¡no parece la misma persona que en el resto de series!; además, su participación está muy metida con calzador). La narración también sufre lo suyo: la serie no sabe hacia dónde va y, lo que es peor, no hay ningún antagonista potente (¿dónde está el Killgrave o Kingpin de turno?), más allá de todo lo que rodea a La Mano. Iron Fist es un producto caótico (la narración se presenta extrañamente confusa sin necesidad), un tanto holgazán (parece que no hayan puesto ni una milésima parte del entusiasmo desplegado en sus hermanas mayores) y decididamente torpe (sirvan como ejemplo las escenas de acción, mucho más monótonas y aburridas de lo esperado). Es verdad que se han (o nos hemos) cebado con ella, pero a un trabajo de estas características (sobre todo teniendo en cuenta lo buenas que fueron sus predecesoras) hay que exigirle (mucho) más.

Lo mejor: Que nos introduzca (un poquito más) en todo lo que rodea a la organización conocida como La mano y que tan relevante se presenta para el futuro del resto de series Netflix/Marvel.

Lo peor: Los personajes están mal definidos (o resultan mucho menos interesantes y tridimensionales) y la historia es presentada de manera torpe, tanto a nivel narrativo como a nivel visual.

Puntuación: 4,5/10.

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