Título original: Luke Cage. Año: 2016 (Temporada 1 de Luke Cage). País: Estados Unidos. Género:
Acción, Drama. Creador:
Cheo Hodari Coker. Intérpretes: Mike Colter, Rosario Dawson, Simone
Missick, Theo Rossi, Alfre Woodard, Justin Swain, Jaiden Kaine, Ron Cephas
Jones, Erik LaRay Harvey, Danny Johnson, Karen Pittman, Frankie Faison, Frank
Whaley, Sonia Braga.
Luke Cage, el
superhéroe con la piel de acero (y fuerza descomunal), ya nos fue presentado en
la notable Jessica
Jones, por lo que sólo era cuestión de (poco) tiempo que recibiera su
propia serie. En ella, la que nos ocupa, especie de respuesta blaxploitation a las anteriores series
del tándem Netflix/Marvel, se nos narra cómo es su anodina
vida en el nada acomodaticio Harlem, donde trabaja como ayudante en una
peluquería/barbería local. Vida que cambia radicalmente cuando se ve obligado a
hacer (buen) uso de sus superpoderes. Luke
Cage (la serie) también indaga (como no podía ser de otra forma) en los
orígenes de nuestro protagonista.
Mike Colter vuelve
a meterse en la piel (nunca mejor dicho) de Cage (aka Power Man, como nos recuerda “Pop”, el propietario de la
peluquería en la que éste trabaja y al que da vida Frankie Faison); pero no es
el único que repite, ya que para nuestra fortuna (al menos para la mía, ¡que
soy fan del personaje!) regresa Rosario Dawson, como la enfermera Claire Temple
(reconvertida en interés amoroso de nuestro héroe; para bien o para mal), en un
papel mucho más amplio que el que le fue asignado en anteriores series de la casa.
Simone Missick, como Misty Knight, una detective con gran sentido de la
justicia (y enésimo intereses amoroso de nuestro Cage); Mahershala Ali, como
Cornell Stokes, el dueño de un club nocturno (y famoso por sus múltiples
trapicheos); Theo Rossi, como Hernan Alvarez, un criminal contratado por Willis
Stryker (Erik LaRay Harvey), para vigilar y “asesorar” a Cornell en sus
operaciones criminales (y que es, además, un antiguo enemigo de nuestro héroe
protagonista); o Alfre Woodard, como Mariah Dillard, política local y prima de Stokes (y persona
encargada de mover todos los hilos/chanchullos gracias a sus múltiples influencias/contactos),
completan el reparto.
El sabor de boca
que me deja esta primera temporada es bastante más dulce que amargo. Si bien es
cierto que se queda a las puertas de igualar los buenos resultados de sus
predecesoras, Luke Cage funciona correctamente
tanto a nivel narrativo (con una historia ambientada en el presente pero que se
desplaza hasta el pasado, sin saturarnos a base de flashbacks (aunque haberlos haylos), para completar la historia de
nuestro protagonista y que podamos comprender cómo ha llegado hasta aquí) y
visual (la paleta de colores seleccionada no puede ser más certera y nos
retrotrae a las susodichas películas de Grier y compañía; aunque, claro, esta
serie goza de más medios y se nota). También podría ponerme a destacar sus
escenas de acción (atención a la acumulación de tiroteos, que para algo el
grueso de la acción se desarrolla en un barrio conflictivo) o la labor de los
actores, todos ellos más que adecuados, incluida una Alfre Woodard cuyo
personaje, eso sí, no funciona tan bien como lo hicieran los superlativos
Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) y Killgrave (David Tennant). Luke Cage es, tal y como señaló su
creador, Cheo Hodari Coker, “una poderosa fusión de drama oscuro, hip-hop y
clásica acción de superhéroes”. Yo no sabría definirla mejor.
Lo mejor: Un desenlace que es
puro desencanto, la amplia participación de Dawson o el aroma a puro blaxploitation que transpira toda la
serie.
Lo peor: Que, a diferencia de lo
que les ocurría a sus hermanas mayores, entre en barrena a mitad de temporada. No
es que le cueste salir, pero sí hay varios episodios en los que la narración
parece estancarse.
Puntuación: 6,5/10.
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