miércoles, 11 de abril de 2018

El demonio bajo la piel

Título original: The Killer Inside Me. Año: 2010. País: Estados Unidos. Género: Intriga, Cine Negro. Director: Michael Winterbottom. Guionistas: Michael Winterbottom y Robert D. Weinbach (adaptando una novela de Jim Thompson). Intérpretes: Casey Affleck, Jessica Alba, Kate Hudson, Bill Pullman, Ned Beatty, Elias Koteas, Simon Baker, Tom Bower, Brent Briscoe, Matthew Maher, Jay R. Ferguson, Ali Nazary, Liam Aiken.

Winterbottom, cuya extensísima filmografía incluye títulos como Wonderland, In This World o 24 Hour Party People, se adentra en el cine negro con esta cinta en la que Casey Affleck interpreta a un hombre aparentemente normal (pero que no tarda en destaparse como un tipo desequilibrado y con instintos asesinos) que trabaja como ayudante del sheriff y que mantiene una relación sadomasoquista con una prostituta (Jessica Alba) y otra mucho más formal (al menos en apariencia) con su novia de siempre (Kate Hudson). El demonio bajo la piel es la adaptación de una novela de Jim Thompson que ya había sido llevada anteriormente (en el año 1976) a la gran pantalla; el título de dicha película: El asesino está en mí (The Killer Inside Me). La acción de la cinta, por cierto, se desarrolla en el oeste de Texas y en el año 1957.


Entre los intérpretes encontramos un poco de todo. Affleck, hermano de Ben y ganador de un Oscar por Manchester frente al mar (Manchester by the Sea), resulta inquietantemente convincente, pero el resto del reparto se debate entre malas elecciones (Jessica Alba; es más, hasta se hizo con el nada honorable premio Razzie a peor actriz por este trabajo), arriesgadas (Kate Hudson) y desaprovechadas (casi todos los demás, con Bill Pullman a la cabeza). Tampoco la historia, aunque atrayente, logra convencer; (gran) parte de la culpa radica en unos personajes cuyas acciones escapan a toda lógica y en un guión de lo más redundante.


El demonio bajo la piel es cine gris, que no negro. Y lo es porque al final se acaba pareciendo más a películas (más o menos) fallidas como La dalia negra (The Black Dahlia), de Brian De Palma, que a clásicos como Perdición (Double Indemnity), por citar una de las más famosas, alabadas y representativas dentro del género. Ni Winterbottom (quien no logra controlar un guión que se enrosca demasiado en los traumas infantiles de nuestro protagonista y que, para colmo, se vuelve más y más absurdo conforme avanza, como si la intención fuese meternos con calzador en la mente de semejante psicópata irracional, cosa que logra, pero pagando un alto precio por ello: el hastío del espectador, al menos el de servidor), un director todoterreno y de lo más solvente, ni la interpretación de Affleck (quien destaca muy mucho por encima del resto de actores) logran que la cinta levante el vuelo. El demonio bajo la piel es un quiero y no puedo; una cinta que bien limada (con un guión mejor trabajado y actores más solventes) podría haber dado mucho más juego.

Lo mejor: La capacidad de Winterbottom para introducirse en toda suerte de géneros. También la labor de Casey Affleck.

Lo peor: Su irregular casting y una historia que no logra atraparme tanto como debiera (atención a su muy polémica escena final o al uso, más bien abuso, de los flashbacks y la voz en off).

Puntuación: 4/10.

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