Título original: Lila dit ça. Año: 2004. País: Francia. Género: Drama.
Director: Ziad Doueiri. Guionista: Ziad Doueiri. Intérpretes: Vahina Giocante, Mohammed Khouas, Karim
Benhadou, Lofti Chakri, Houd Dkhissi.
Cuando a Chimo
(Mohammed Khouas) le proponen escribir un relato corto, como prueba de acceso a
unos estudios superiores, no se le ocurre nada mejor que narrar su peculiar
relación de amor con Lila (Vahina Giocante). Ambos viven en los suburbios, y en
medio de tanto desencanto Lila supone una bocanada de aire fresco para el
joven, quien siente una fuerte atracción hacia ella, hacia su procacidad y
hacia sus constantes provocaciones (de carácter sexual). Pero su entorno no ve
con buenos ojos dicho romance.
La película comienza presentándonos a Lila, una joven de aspecto dulce, de
pálida piel y rubísimos cabellos, pero pronto la percepción sobre ella cambia;
tan pronto como abre la boca. A partir de dicho momento su vulgar erotismo y
sus fantasías sexuales toman la pantalla, pervirtiendo y vulgarizando al
personaje (vulgaridades que de ninguna manera son necesarias para contar una
historia sobre el despertar sexual, como bien han demostrado otras
producciones). Mi desencanto para con el personaje llega pronto, no lo
comprendo, no entiendo la fascinación tan desmesurada que despierta y tampoco
comparto su forma de actuar (¿a qué vienen tantas mentiras, tontas pugnas y
falsas fantasías?). Teniendo en cuenta que gran parte del éxito de la película
reside en su protagonista femenina, mal vamos…
El caso es que, técnicamente hablando, la película es más que notable, sobre todo gracias al buen trabajo de Doueiri tras la cámara, quien dota a la película de una atmósfera a medio camino entre el drama realista y el romance fantástico (atención especial merecen aquellas escenas en las que la cámara parece girar sobre alguno de los personajes). Sin embargo, el guión (el cual se sirve en demasía de pueriles provocaciones) no consigue que sienta apego alguno por los personajes, ni siquiera por los protagonistas, lo que me lleva a desentenderme de la película, por muchos otros valores (la mencionada dirección, el correcto trabajo de los actores…) que tenga. Ni siquiera su efectivo (pero tremendamente tramposo) giro final consigue despertar mi interés ni cambiar mi parecer.
Lo mejor: La labor de Doueiri.
Lo peor: Un personaje femenino
principal mucho más insoportable, y menos carismático, de lo que hubiese
esperado/deseado.
Puntuación: 4/10.
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