miércoles, 27 de junio de 2018

Cómo perder a un chico en 10 días

Título original: How to Lose a Guy in 10 Days. Año: 2003. País: Estados Unidos. Género: Comedia, Romance. Director: Donald Petrie. Guionistas: Brian Regan, Burr Steers y Kristen Buckley. Intérpretes: Kate Hudson, Matthew McConaughey, Adam Goldberg, Kathryn Hahn, Michael Michele, Bebe Neuwirth, Annie Parisse, Shalom Harlow, Robert Klein.

La trama de Cómo perder a un chico en 10 días es bien sencilla: Kate Hudson (en un papel pensado inicialmente para Gwyneth Paltrow), nominada al Oscar (en la categoría de mejor actriz de reparto) por Casi famosos (Almost Famous), interpreta a Andie Anderson, una periodista que se ve medio obligada a escribir un reportaje, a contrarreloj, sobre todas aquellas cosas (léase problemas) que provocan que una relación termine. Su conejillo de indias será Benjamin Barry (Matthew McConaughey), un cotizadísimo soltero (sic) al que ha de enamorar para, posteriormente, probar todas sus teorías (esas mismas que tiene que plasmar en su artículo). Lo que ella desconoce es que Benjamin se ha apostado, con el director de la agencia de publicidad para la que trabaja, que es capaz de hacer que una mujer se enamora de él en tan sólo 10 días…

 
Donald Petrie (director de Mystic Pizza, la película que me descubrió a mi querida Julia Roberts) se inspira en las clásicas comedias de enredo para dar cuerpo a esta historia de desencuentros. Lamentablemente, su inspiración resulta algo insípida y la historia se debate entre el romance más blandengue y el gag cómico más predecible. Todo ello con irregular fortuna. Tampoco lo hacen mucho mejor sus protagonistas, cuya química no pondré en duda, pero cuyas aptitudes (ya no sólo para el género) no me convencen en absoluto. Lucen bien en pantalla. Poco más. Si bien, el éxito de esta película les llevaría a protagonizar otra cinta romántica, la (mucho más) olvidable Como locos… a por el oro (Fool’s Gold).


La película aspira a ser otra vuelta de tuerca a la sempiterna guerra de sexos (a lo Doris Day y Rock Hudson, cuyas películas sí que tenía un encanto que a esta no le encuentro por ningún lado), pero el resultado es más torpe que otra cosa. En parte por un guión que juega a mezclar, de manera indigesta, todos los tópicos habidos y por haber; en parte por la falta de chispa que destilan la mayor parte de los intérpretes implicados, incluidos los secundarios (mucho más anodinos de lo que una comedia como ésta requiere). Además, los personajes de Hudson y McConaughey son tan tontorrones (sobre todo él) e irritantes (ella en particular) que no lograron despertar mis simpatías (más bien todo lo contrario). Tampoco ayudan sus interpretaciones: él se dedica a lucir sonrisa y pectorales; ella acaba resultando demasiado repelente a la hora de construir un personaje que sólo logra que añore (todavía más) a la encantadora Penny Lane, de la ya nombrada Casi famosos. Para colmo de males, la pobre aparece sorprendentemente poco favorecida durante la mayor parte del tiempo. Cómo perder a un chico en 10 días es una comedia romántica pueril (a su colección de chistes me remito) y prefabricada (prima-hermana de tantas y tantas cintas de género de similares intenciones); una comedia romántica tan inofensiva como fácil de ver (y olvidar).

Lo mejor: Se puede ver con el piloto automático.

Lo peor: No aporta nada, pero te quita casi dos horas de vida.

Puntuación: 4/10.

No hay comentarios:

Publicar un comentario