Título original: Roseanne. Año: 2018 (Temporada 10 de Roseanne).
País: Estados Unidos. Género: Comedia.
Creadores: Roseanne Barr y Matt
Williams. Intérpretes: Roseanne
Barr, John Goodman, Laurie Metcalf, Sara Gilbert, Alicia Goranson, Michael
Fishman, Emma Kenney, Ames McNamara, Jayden Rey, Sarah Chalke, Estelle Parsons,
Johnny Galecki, James Pickens Jr., Adilah Barnes, Sandra Bernhard, Xosha
Roquemore, Natalie West.
Roseanne Barr triunfó en televisión mostrando, en clave de comedia,
los problemas a los que se enfrentaba una familia de clase obrera (media-baja).
Roseanne, la sitcom que llevaba su nombre, se mantuvo en antena, y con mucho
éxito, durante 9 temporadas. De 1988 a 1997. Este año, y sumándose así a otras
series finiquitadas hace tiempo que han vuelto a la pequeña pantalla, como, por
ejemplo, Will & Grace, regresaba
para convertirse en una de las grandes revelaciones de la temporada.
Este nuevo revival optó, al
igual que también lo hiciera la ya nombrada Will & Grace, por hacer borrón y cuenta nueva, dinamitando así el
desenlace de la serie original. Y es que la novena (y a todas luces insatisfactoria)
temporada de Roseanne nos mostraba
cómo ésta y su hermana, Jackie (una siempre inmensa, y nunca suficientemente
valorada, Laurie Metcalf), se daban a la buena vida tras ganar la lotería.
Posteriormente nos harían conocedores de que todo había sido una farsa. Nuestra
protagonista se lo había inventado todo para no enfrentarse a la realidad.
Realidad que incluía el fallecimiento de su marido, Dan (inmenso, en todos los
sentidos, John Goodman). Pero tranquilos, no tardan en sacudirse de encima
semejante problema. Lo hacen en el primer capítulo y sólo necesitan un único (y
genial) chascarrillo. Porque esta serie puede presumir, entre otras muchas
cosas, de una agilidad encomiable. También de una comicidad fuera de toda duda
(¡los guionistas están inspiradísimos!). Comicidad no exenta de mala baba, ya
que nos muestra a una Roseanne que trabaja como Uber, que tiene que compartir
la medicación con su marido (pullita a la sanidad americana incluida) y que ha de
aprender a ser más tolerante (véase el estupendo séptimo capítulo). Lástima que
Barr, también creadora, no tomara buena nota de su serie o de su personaje. Recordemos
que sus tuits, algunos de ellos de índole claramente racista (aquí
lo explico un poquito más en profundidad), provocaron la pronta cancelación de
este revival. Revival que ya había sido renovado por ABC tras sus inmejorables datos de audiencia iniciales.
Como decía un poco más arriba, y retomando así el tema principal, Roseanne,
Dan y Jackie son algunos de los personajes principales que regresan. Pero no
son los únicos. También lo hacen los hijos del matrimonio formado por los dos
primeros. Es decir, Darlene (Sara Gilbert, quien recupera un personaje que
marcó mucho mi infancia/juventud, el de la primera gran hater que me viene a la memoria), Becky (Alicia “Lecy” Goranson,
vista en la muy recomendable Boys
Don’t Cry) y D.J. (Michael Fishman, prácticamente desaparecido desde
que terminara la serie en 1997). La primera, y sus dos hijos, Harris (Emma Kenney),
con problemas para adaptarse a su nueva situación familiar, y Mark (Ames
McNamara), a quien le gusta vestirse con ropa “de chicas” (tema que sortean con
encomiable actitud), se ve en la tesitura de tener que regresar al hogar
familiar cuando pierde su trabajo; la segunda, viuda, malvive por culpa de su
mal remunerado trabajo de camarera, lo que la lleva a plantearse la posibilidad
de poner su vientre a disposición de un matrimonio que no puede tener hijos (a
la mujer de dicho matrimonio la interpreta, por cierto, Sarah Chalke, actriz
que sustituyó a Goranson en la serie original mientras ésta se centraba en sus
estudios); el tercero ha vuelto de Siria y ha tenido una hija (Jayden Rey) con
una mujer (Xosha Roquemore, popular gracias a otra sitcom, The Mindy Project,
y a la que sólo vemos, y de manera muy fugaz, en el séptimo capítulo de la
temporada) que continúa en el frente. Atención, asimismo, a la cantidad de
artistas que vuelven a dejarse caer retomando (de manera ocasional) sus viejos
papeles: Johnny Galecki, protagonista de la exitosa Big Bang (The Big Bang Theory), como el ex de Darlene; James
Pickens Jr., Richard Webber en la longeva Anatomía
de Grey (Grey’s Anatomy), como uno de los mejores amigos de Dan; Estelle
Parsons, como la madre de Roseanne y Jackie (odiada por éstas y que tiene a su
cargo algunos de los momentos más tronchantes de la temporada); o la humorista
Sandra Bernhard, como una de las amigas de nuestra protagonista. La suma de
todos estos talentos, y de unos guionistas que saben sacar partido a la
actualidad, hace de Roseanne la sitcom más recomendable de la temporada.
Lástima que también haya sido, y por razones ajenas a su calidad y éxito (¡no
te lo perdonaré jamás, Roseanne Barr!), un revival
de corto recorrido (tan sólo nueve capítulos). Esperemos
que su continuación (en forma de spin off,
ya sin Barr, titulado The Conners y confirmado
por el canal ABC) esté a la altura.
Lo mejor: Su hilaridad, unos
guiones que son oro puro, unos intérpretes (con Metcalf a la cabeza) con un don
especial para el género y el factor nostalgia. Además, es la comedia que más me
ha hecho reír este año. ¡Y con diferencia!
Lo peor: Roseanne (la persona,
no el personaje), quien ha vuelto a destaparse como una auténtica “bocachancla”.
Porque una cosa es que traslade a la ficción su devoción por Trump (¡!) y otra
que se comporte, en la vida real, como toda una intolerante.
Puntuación: 8/10.
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