lunes, 25 de junio de 2018

Roseanne (Temporada 10)

Título original: Roseanne. Año: 2018 (Temporada 10 de Roseanne). País: Estados Unidos. Género: Comedia. Creadores: Roseanne Barr y Matt Williams. Intérpretes: Roseanne Barr, John Goodman, Laurie Metcalf, Sara Gilbert, Alicia Goranson, Michael Fishman, Emma Kenney, Ames McNamara, Jayden Rey, Sarah Chalke, Estelle Parsons, Johnny Galecki, James Pickens Jr., Adilah Barnes, Sandra Bernhard, Xosha Roquemore, Natalie West.

Roseanne Barr triunfó en televisión mostrando, en clave de comedia, los problemas a los que se enfrentaba una familia de clase obrera (media-baja). Roseanne, la sitcom que llevaba su nombre, se mantuvo en antena, y con mucho éxito, durante 9 temporadas. De 1988 a 1997. Este año, y sumándose así a otras series finiquitadas hace tiempo que han vuelto a la pequeña pantalla, como, por ejemplo, Will & Grace, regresaba para convertirse en una de las grandes revelaciones de la temporada.

 
Este nuevo revival optó, al igual que también lo hiciera la ya nombrada Will & Grace, por hacer borrón y cuenta nueva, dinamitando así el desenlace de la serie original. Y es que la novena (y a todas luces insatisfactoria) temporada de Roseanne nos mostraba cómo ésta y su hermana, Jackie (una siempre inmensa, y nunca suficientemente valorada, Laurie Metcalf), se daban a la buena vida tras ganar la lotería. Posteriormente nos harían conocedores de que todo había sido una farsa. Nuestra protagonista se lo había inventado todo para no enfrentarse a la realidad. Realidad que incluía el fallecimiento de su marido, Dan (inmenso, en todos los sentidos, John Goodman). Pero tranquilos, no tardan en sacudirse de encima semejante problema. Lo hacen en el primer capítulo y sólo necesitan un único (y genial) chascarrillo. Porque esta serie puede presumir, entre otras muchas cosas, de una agilidad encomiable. También de una comicidad fuera de toda duda (¡los guionistas están inspiradísimos!). Comicidad no exenta de mala baba, ya que nos muestra a una Roseanne que trabaja como Uber, que tiene que compartir la medicación con su marido (pullita a la sanidad americana incluida) y que ha de aprender a ser más tolerante (véase el estupendo séptimo capítulo). Lástima que Barr, también creadora, no tomara buena nota de su serie o de su personaje. Recordemos que sus tuits, algunos de ellos de índole claramente racista (aquí lo explico un poquito más en profundidad), provocaron la pronta cancelación de este revival. Revival que ya había sido renovado por ABC tras sus inmejorables datos de audiencia iniciales.

 
Como decía un poco más arriba, y retomando así el tema principal, Roseanne, Dan y Jackie son algunos de los personajes principales que regresan. Pero no son los únicos. También lo hacen los hijos del matrimonio formado por los dos primeros. Es decir, Darlene (Sara Gilbert, quien recupera un personaje que marcó mucho mi infancia/juventud, el de la primera gran hater que me viene a la memoria), Becky (Alicia “Lecy” Goranson, vista en la muy recomendable Boys Don’t Cry) y D.J. (Michael Fishman, prácticamente desaparecido desde que terminara la serie en 1997). La primera, y sus dos hijos, Harris (Emma Kenney), con problemas para adaptarse a su nueva situación familiar, y Mark (Ames McNamara), a quien le gusta vestirse con ropa “de chicas” (tema que sortean con encomiable actitud), se ve en la tesitura de tener que regresar al hogar familiar cuando pierde su trabajo; la segunda, viuda, malvive por culpa de su mal remunerado trabajo de camarera, lo que la lleva a plantearse la posibilidad de poner su vientre a disposición de un matrimonio que no puede tener hijos (a la mujer de dicho matrimonio la interpreta, por cierto, Sarah Chalke, actriz que sustituyó a Goranson en la serie original mientras ésta se centraba en sus estudios); el tercero ha vuelto de Siria y ha tenido una hija (Jayden Rey) con una mujer (Xosha Roquemore, popular gracias a otra sitcom, The Mindy Project, y a la que sólo vemos, y de manera muy fugaz, en el séptimo capítulo de la temporada) que continúa en el frente. Atención, asimismo, a la cantidad de artistas que vuelven a dejarse caer retomando (de manera ocasional) sus viejos papeles: Johnny Galecki, protagonista de la exitosa Big Bang (The Big Bang Theory), como el ex de Darlene; James Pickens Jr., Richard Webber en la longeva Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy), como uno de los mejores amigos de Dan; Estelle Parsons, como la madre de Roseanne y Jackie (odiada por éstas y que tiene a su cargo algunos de los momentos más tronchantes de la temporada); o la humorista Sandra Bernhard, como una de las amigas de nuestra protagonista. La suma de todos estos talentos, y de unos guionistas que saben sacar partido a la actualidad, hace de Roseanne la sitcom más recomendable de la temporada. Lástima que también haya sido, y por razones ajenas a su calidad y éxito (¡no te lo perdonaré jamás, Roseanne Barr!), un revival de corto recorrido (tan sólo nueve capítulos). Esperemos que su continuación (en forma de spin off, ya sin Barr, titulado The Conners y confirmado por el canal ABC) esté a la altura.

Lo mejor: Su hilaridad, unos guiones que son oro puro, unos intérpretes (con Metcalf a la cabeza) con un don especial para el género y el factor nostalgia. Además, es la comedia que más me ha hecho reír este año. ¡Y con diferencia!

Lo peor: Roseanne (la persona, no el personaje), quien ha vuelto a destaparse como una auténtica “bocachancla”. Porque una cosa es que traslade a la ficción su devoción por Trump (¡!) y otra que se comporte, en la vida real, como toda una intolerante.

Puntuación: 8/10.

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