Título
original: Shazam! Año:
2019. País: Estados Unidos. Género: Acción,
Fantasía, Comedia. Director: David F. Sandberg. Guionistas:
Henry Gayden, y Darren Lemke (adaptando las historias de los
personajes creador por C.C. Beck
y Bill
Parker). Intérpretes:
Zachary
Levi, Asher Angel, Jack Dylan Grazer, Mark Strong, Djimon
Hounsou, Adam Brody, Meagan Good, Grace Fulton, Ross Butler.
Esta
¡Shazam! no parece (aunque lo haga)
pertenecer al mismo universo cinematografico que el resto de cintas
que componen el DCU.
Vamos, es que no me imagino a nuestro protagonista interactuando con
Superman (sic) y compañía. Además, el contrapunto semi-cómico en
La
liga de la justicia
(Justice League) ya lo pone, más o
menos, Flash.
Y es
que estamos, reduciendo a la mínima expresión su sinopsis, ante una
suerte de versión superheróica de Big.
Sí, la comedia en la que un chaval se despertaba un buen
dia convertido en Tom Hanks... Pero aquí nuestro protagonista, Billy
(Asher Angel), se convierte (verbigracia
de la magia) en un superhéroe adulto (Zachary Levi) que ha de
controlar sus nuevos poderes al mismo tiempo que lidiar con el Dr.
Thaddeus Sivana (Mark Strong), un físico obsesionado
con descubrir
los secretos de la magia; alguien que, de pequeño, tuvo una
experiencia similar a la de Billy. Thaddeus, de familia bien,
arrogante y corrompido funciona como perfecto antagonista para Billy,
huerfano y de buen corazón (como buen protagonista de una película
para todos los públicos, hasta un tanto naíf, como la que tenemos
entre manos).
Colorida,
llamativa y amena. También de trazo
infantil (curioso si tenemos en cuenta que David F. Sandberg es un
cineasta especilizado en el género de terror) y presa de una
duración un tanto excesiva (como la práctica totalidad de cintas
protagonizadas por superhéroes, por otra parte). Así es ¡Shazam!,
una cinta cuyo aroma nos retrotae a aquellas cintas juveniles
ochenteras (incluido el Superman
de Donner, claro) que no paran de ser reivindacadas por una
generación (la mía) que creció con ellas y las rememora
reiteradamente con mucho cariño (casi tanto como lo hace Stranger
Things;
casi tanto como el que aquí muestran para con sus personajes). Eso
es lo mejor que se me ocurre decir de ella; lo peor vendría a ser
que, alejándose del tono general ideado por el resto de
largometrajes que integran el DCU,
lo único que logra es mostrarse infinitamente más inocua (para
bien: recordemos que la mayoría de cintas del DCU
han sido recibidas con el ceño un tanto fruncido; para mal: denota
falta de personalidad/identidad; aséptico también se muestra su
reparto, ya que nadie brilla tanto como ese relámpago que luce
nuestro superhéroe en su pecho).
Lo mejor: Es un
divertimento apto para todos los públicos; un divertimento con
cierto encanto propio de otra época no tan lejana.
Lo peor: Su
duración (más de dos horas) y un tono familiar en las antípodas
del derrochado por sus primas-hermanas.
Puntuación: 5/10.
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