Título
original: Spider-Man: Far from Home.
Año:
2019. País: Estados Unidos. Género: Acción,
Ciencia-Ficción. Director: Jon Watts. Guionistas:
Chris McKenna y Erik Sommers (adaptando las historias de los
personajes creados por Stan Lee y Steve Ditko). Intérpretes:
Tom Holland, Jake Gyllenhaal, Samuel L. Jackson, Marisa Tomei,
Zendaya, Jon Favreau, Tony Revolori, Angourie Rice, Michael Barbieri,
Jacob Batalon, Remy Hii, Numan Acar, Cobie Smulders, J.K. Simmons.
Con Tom Holland ya más
que esta
blecido (apro
bado
y con nota; y lo dice alguien que consideró a To
bey
Maguire como todo un acierto para el papel; no así, o desde luego no
al mismo nivel, a Andrew Garfield) como el último Spider-Man, nos
llegó esta segunda entrega con el héroe arácnido como gran
protagonista (recordemos que Holland no nos fue presentado en
Spider-Man:
Homecoming, sino en
Civil
War); una película de transición (y no sólo por
encontrarse en el centro de lo que, al menos de momento, se presenta
como una trilogía con una tercera entrega que, de ser ciertos los
rumores que giran en torno a ella, se presenta de lo más am
biciosa;
me sé de uno que se va a mosquear mucho si, nuevamente, todo se
queda en simples rumores...), sino por lo que nos cuenta.
Y es que, y de no ser por
lo que sucede tras su desenlace (y que, tranquilos, no voy a
desvelar), se podría decir que estamos ante una película que bien
parece un capítulo de
Sailor Moon (o
Power Rangers):
enemigo aparece, enemigo muestra sus, en este caso un tanto confusas
(no en vano estamos ha
blando de Misterio,
personaje clásico creado por Stan Lee y Steve Ditko, quien dice
venir para ayudar a Parker y compañía a vencer a unas criaturas
(¡Los Elementales!, villanos clásicos de Spider-Man que aquí son
presentados de manera cuestionable, por decirlo de manera suave y sin
entrar en demasiados detalles) que han destruido la Tierra 833 y que
aquí es interpretado por un muy bien seleccionado Jake Gyllenhaal),
cartas; enemigo es “derrotado” por nuestro amigo y vecino (
aka
Spider-Man).
La acción se desarrolla
en Europa, lo que no me termina de convencer (prefiero seguir viendo
a Spider-Man y compañía en su habitat habitual; además, y al menos
en este caso, el sacarlos del mismo no aporta demasiado), y el
plantel de secundarios siguen aportando poco (desde luego mucho menos
de lo que cabría esperar/desear; siento que Zendaya, a la que adoro
gracias a la serie Euphoria, está de lo más desaprovechada,
por ejemplo). En lo que sí aciertan es de Misterio y en la elección
del actor encargado de interpretarlo. No es suficiente, pero, aun
así, Spider-Man: Lejos de casa sólo se antoja inferior a su
anterior entrega, a las dos primeras de Maguire y, sobre todo, a la
sorprendente Spider-Man: Un nuevo universo (Spider-Man; Into
the Spider-Verse). La pena es que pudo haber sido algo mucho mayor,
pero no es la primera vez que parecen titubear ante al disyuntiva de
abrirse a nuevos ciertos (y ambiciosos; y laberínticos; y complejos
para el público mainstream) caminos.
Lo mejor: Jake
Gyllenhaal. Una estupenda adición y un estupendo actor.
Lo peor: Me sentí
timado. Sin entrar en detalles diré que Spider-Man: Lejos de casa
coquetea con abrir cierto melón pero luego todo se queda en agua de
borrajas. Me molestó muchísimo.
Puntuación: 6/10.
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