Título
original: Valentine. Año:
2001. País: Estados Unidos. Género:
Terror. Director:
Jamie Blanks. Guionistas: Donna
Powers, Wayne Powers, Gretchen J. Berg y Aaron Harberts (adaptando la
novela de Tom Savage). Intérpretes:
Denise Richards, David Boreanaz, Marley Shelton, Jessica Capshaw,
Katherine Heigl, Jessica Cauffield, Daniel Cosgrove, Hedy Burress.
Un San Valentín de
muerte conjuga lo peor de las cintas de terror juvenil nacidas
tras el éxito de Scream:
un guión de lo más simple (repleto de lugares comunes), unos
actores mediocres (y estoy siendo demasiado blando), sustos que se
ven venir y un asesino sin carisma (¡pero si lleva una insulsa
careta de cupido!).
Entre las protagonistas encontramos a
Denise Richards (en un papel pensado para Jennifer Love Hewitt),
Jessica Cauffield o Marley Shelton (desde luego la mayoría no fueron
elegidas por sus dotes interpretativas, eso está claro), quienes dan
vida a un grupo de repelentes jovenzuelas acosadas por un tipo que,
por lo visto, fue humillado en el pasado. Y, si bien las
interpretaciones dejan mucho que desear (cero sorpresas), al menos
resulta divertido reencontrarse con rostros más o menos populares.
Recapitulemos: Richards fue chica Bond en El mundo nunca es
suficiente (The World Is Not Enough), Shelton ha participado en
Planet
Terror e incluso en
un par de entregas de la mencionada Scream, a Daniel
Cosgrove lo vimos tardíamente en Sensación
de vivir (Beverly Hills, 90210), a David Boreanaz en
Ángel
o Bones y a Capshaw y Heigl en la longeva Anatomía de Grey
(Grey's Anatomy).
Lo dicho. Blanks (se rumorea que
inicialmente querían a Richard Kelly, ¡de Donnie
Darko!, como
director), quien ya había dirigido la mucho más entretenida Leyenda
urbana (Urban Legend), no parece mostrar demasiado
interés ni por la historia (la cual resulta previsible y aburrida; y
sí, los diálogos provocan bastante vergüencita) ni por los
personajes (con los cuales es imposible simpatizar). Y es que, aunque
no metiese mano en el libreto, no hace nada por intentar mejorarlo
(¿para qué?, debió pensar). Por fortuna no le fue tan bien en
taquilla a esta Un San Valentín de muerte como para iniciar
una nueva franquicia. Y lo dice un fan de los cutre slashers,
que conste.
Lo mejor: Un
reparto poco cumplidor (mal) pero familiar (bien).
Lo peor: Es
aburrida y tontísima. ¿Tanto costaba hacer algo mínimamente
decente? ¿Tantos guionistas se necesitan para hacer una mediocridad
así?
Puntuación: 2,5/10.
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