martes, 6 de diciembre de 2022

Anatomía de Grey (Temporada 18)

Título original: Grey’s Anatomy. Años: 2021-2022 (Temporada 18 de Anatomía de Grey). País: Estados Unidos. Género: Drama, Comedia, Romance. Creadora: Shonda Rhimes. Intérpretes: Ellen Pompeo, Chandra Wilson, James Pickens Jr., Kevin McKidd, Kim Raver, Caterina Scorsone, Kelly McCreary, Camilla Luddington, Scott Speedman, E.R. Fightmaster, Debbie Allen, Chris Carmack, Jake Borelli, Alex Landi, Richard Flood, Anthony Hill, Jason George, Kate Walsh, Gregg Germann, Jesse Williams, Sarah Drew. 
 
En esta temporada 18 de Anatomía de Grey el COVID-19 ya es historia. Así no los hacen saber. Además, ya abordaron el tema durante toda la temporada anterior y en esta dicimoctava se centran en otros temas, como, por ejemplo, en presentarnos a un nuevo personaje no binario, Kai Bartley (E.R. Fightmaster), o en traer de vuelta, y de manera breve, claro, a algunas viejas caras conocidas: Addison Montgomery (Kate Walsh), Jackson Avery (Jesse Williams), April Kepner (Sarah Drew)... También en devolvernos a un antiguo interés amoroso de nuestra protagonista: Nick Marsh (Scott Speedman, quien se dio a conocer hace ya unos cuantos años gracias a otra serie: Felicity). 
 
 
Lo de Speedman tiene su medio sentido. Y es que la temporada pasada se fue el que parecía más claro sucesor de Derek Shepherd (Patrick Dempsey), el malogrado Andrew DeLuca (Giacomo Gianniotti). Cormac Hayes, interpretado por Richard Flood, tampoco ha cuajado (sí, otro personaje desaprovechado, y ya van unos cuantos...). La incorporación de Speedman se destapa como uno de los alicientes de esta temporada. La de E.R. Fightmaster no me ha convencido tanto. Y no tiene tanto que ver con la labor interpretativa, ni con la inclusión de un personaje no binario (Anatomía de Grey siempre se ha caracterizado por su oda a la diversidad, algo que me encanta y agradezo), sino por lo poco agradable que se presenta. Tampoco me ha entusiasmando cómo dicho personaje se relaciona con el de Caterina Scorsone. Pero es que, claro, Amelia Shepherd no es precisamente uno de mis personajes favoritos... Me pongo a pensar y la mayoría de los que fueron mis personajes favoritos de la serie hace ya bastante que la abandonaron... Pero bueno, soy de los que, desde el principio, está a favor de una protagonista tan atípica (inicialmente, e incluso a posteriori, tachada de borde e inmadura) como Meredith Grey (Ellen Pompeo). 
 
 
Pero más allá de la poca chispa con la que ha sido escrito el personaje de E.R. Fightmaster, o de que Speedman sea el enésimo intento de interés amoroso de Grey (¡como si necesitase uno!; ¡ella es la líder del función, la serie lleva su apellido!), esta temporada falla en otros puntos que antaño hicieron tan grande a Anatomía de Grey, como, por ejemplo, buenos arcos sentimentales (lo siento, pero ni me han interesado los líos amorosos de Amelia ni las idas y venidas del resto de parejas ya más o, sobre todo, menos consolidadas) o accidentes cuasi imposibles (el de coche que tiene lugar en el capítulo 8 no ha podido ser más sosete, aunque no es peor que aquel en el que Meredith y Nick pasan un finde romántico en la cabaña de él). 
 
Lo mejor: Sigue yendo por delante de todas en lo que a diversidad y actualidad se refiere. Me ha gustado especialmente su final de temporada. El mismo, y a diferencia de lo que nos han ofrecido otros años, deja de lado su, valga la redundancia, lado más catastrofista (no hay fatales accidentes de avión ni tiroteos) y se muestra reivindicativo. Y yo aplaudo fuertemente su discurso. El debate sobre la eutanasia, por contra, lo llevan al terreno más culebronesco. Entendible (Anatomía de Grey es lo que es, un drama médico culebronesco de enredo; usando la palabra culebronesco como algo positivo, ojo), pero menos aplaudible. 
 
Lo peor: La sensación de que ha sido una temporada sosa, sin tramas especialmente inspiradas o, ¿por qué no?, rocambolescas. 
 
Puntuación: 6/10.

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