Título original: Legion. Año:
2010. País: Estados Unidos. Género: Fantasía, Terror. Director: Scott Stewart. Guionistas:
Scott Stewart y Peter Schink. Intérpretes:
Paul Bettany, Dennis Quaid, Lucas Black, Tyrese Gibson, Kate Walsh, Doug Jones,
Adrianne Palicki, Kevin Durand, Jon Tenney, Willa Holland, Charles S. Dutton,
Jeanette Miller.
Legión, que nada tiene que ver
con el personaje de Marvel, ni con
la curiosa
serie inspirada en él, es una cinta que mezcla géneros (básicamente terror
y fantasía) y que, para nuestra sorpresa, cuenta con un reparto bastante
destacable (destacable por quiénes son, no por su labor interpretativa, la cual
se reduce a, básicamente, poner cara de “¿qué **** hago yo aquí?”. Los de
Dennis Quaid (Frequency), Paul
Bettany, Visión en las películas del UCM
(aka Universo cinematográfico de Marvel), Lucas Black, visto en varias
entregas de A todo gas (The Fast and
the Furious), Jon Tenney (de la televisiva The
Closer), Tyrese Gibson, habitual en sagas como la ya mencionada A todo gas o Transformers,
o Kate Walsh, famosa gracias a las series Anatomía
de Grey (Grey’s Anatomy), Sin cita
previa (Private Practice) o, más recientemente, Por 13 razones (13 Reasons Why), son algunos de los rostros conocidos con
los que nos toparemos en esta cinta. Y ya de paso, y aunque no venga mucho a
cuento, aprovecho para alabar y reivindicar la labor de Walsh en la última
serie mencionada. Y eso que yo era de los que detestaba a Addison Montgomery,
su personaje en las otras dos series destacadas; pero, claro, una cosa no quita
a la otra.
La sinopsis de Legión es toda una declaración de
intereses: Dios, hastiado de tanta amoralidad, decide mandar a toda una legión (¡yeah!)
de ángeles con la única misión de liquidar, sin piedad, a todo ser humano
(¡toma ya!). Michael (Paul Bettany), un arcángel que reniega de tan drástica
decisión, se atrinchera junto a un grupo de humanos en un local perdido en
medio de la nada y regentado por Bob (Dennis Quaid), con la esperanza de que el
nacimiento del niño de la camarera del lugar, Charlie (Adrianne Palicki), sirva
de catarsis y Dios cambie de parecer (sic). A destacar escenas tan
hilarantes/desconcertantes como aquella en la que una aparentemente dulce
ancianita, llamada Gladys (Jeanette Miller), se dedica a lanzar toda suerte de
improperios antes de atacar brutalmente a nuestros protagonistas (un tipo de
escena que se sucede, cambiando a la anciana por otros personajillos, niños
incluidos, a lo largo de todo el metraje). Scott Stewart, también co-guionista,
es el director de este curioso esperpento (debutó en la dirección de
largometrajes con él).
Con un presupuesto que rondó los 25 millones de dólares, Legión se queda lejos de ser catalogada como un intento de blockbuster (aunque hay que reconocer
que no le fue tan mal en taquilla, ya que recaudó, sólo en estados Unidos, unos
40 millones; algo inexplicable, desde mi punto de vista), pero tampoco valdría
definirla como Serie B, por mucho tufillo cutre y hasta risible que desprenda
(y que la asemejan irremediablemente a ese tipo de subproductos). La película nos
ofrece su buena ración de posesiones, escenas sanguinolentas y hasta alguna que
otra mandíbula desencajada (¡y no sólo la de sus sufridos espectadores!), pero
también unos diálogos que provocan vergüencita ajena y una trama extrañamente
farragosa (con incógnitas que nunca son resultas, como, por ejemplo, la
identidad del progenitor del hijo de la camarera) en la que todo vale y en la
que todo tiene cabida (es lo que tiene mezclar géneros y meter con calzador
escenas de acción con otras más propias del cine de terror). Curiosidad: existe
una secuela, en forma de serie, y que tal sólo se mantuvo en antena
(concretamente en el canal SyFy) dos
temporadas, cuya acción trascurría en un futuro post-apocalíptico (25 años
después de los acontecimientos vividos en Legión)
y que narraba la batalla sin cuartel que mantenían los humanos contra un ejército
de ángeles liderado por el arcángel Gabriel (Carl Beukes). Su nombre: Dominion.
Lo mejor: Es un bodrio tan
pasado de vueltas como, gracias a ello, entrañable.
Lo peor: Es un bodrio tan
pasado de vueltas como, gracias a ello, entrañable.
Puntuación: 2/10.
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