Título original: Smiley Face. Año: 2007. País: Estados Unidos. Género: Comedia. Director: Gregg Araki. Guionista: Dylan Haggerty. Intérpretes: Anna Faris, John Krasinski, Ben Falcone, Adam Brody,
Danny Masterson, Roscoe Lee Browne (sólo voz), Brian Posehn, Jane Lynch, Rick
Hoffman, Jayma Mays, John Cho, Danny Trejo, William Zabka.
Una actriz en
ciernes, Jane (Anna Faris, protagonista de las cuatro primeras entregas de Scary Movie y de la sitcom Mom), ve cómo su día se complica tras ingerir, accidentalmente, una
gran cantidad de marihuana, la cual había servido de aderezo para unas pastas preparadas
por su compañero de piso (Danny Masterson). Dicho contratiempo sirve como
excusa para mostrarnos las desventuras protagonizadas por una descontrolada Jane
y, de paso, que Faris pueda dar salida a su extensa colección de muecas y
mohines (y sí, también a su don para el género).
La verdad es que sentía gran curiosidad por ver cómo se enfrentaba Araki (Nowhere,
Mysterious
Skin) a su primera película puramente cómica (el humor negro e hiriente
de sus otros trabajos no cuenta). Dicha curiosidad dio paso al más extremo de
los hypes tras comprobar que había
sido recibida (en su día, claro) por críticas mayoritariamente positivas (algo
poco habitual en este tipo de trabajos). Y ese fue, tal vez, el problema: las
altas expectativas. Porque no, Smiley
Face no es una película terrible, pero se queda lejos de esa historia que
mi cabecita se había montado. Una cosa tengo clara, no ayuda en absoluto que
las señas de identidad (y referencias) del cineasta no hayan tenido apenas
hueco en la historia, quedando reducidas a meros guiños casi inapreciables
dentro de la misma. Supongo que influyó, y mucho, el hecho de que Araki
trabajara con material ajeno. Es decir, con un guión que no era suyo. En
cambio, sí que es suyo ese humor tan proclive a lo naíf (y marciano) que
destila la cinta y que la aleja de tanta típica producción cómica de humor
grueso dirigida a un público juvenil poco (o nada) exigente (o a los amantes
del humor más soez y/o grueso; o a los aficionados a la clásica comedia de
enredo).
Smiley Face no escatima en personajes extravagantes, desde nuestra protagonista hasta su siniestro compañero de piso, el ya mencionado Masterson, visto en la teleserie Aquellos maravillosos 70 (That 70’s Show), pasando por el insulso Brevin, interpretado por John Krasinski, de plena actualidad gracias a su último trabajo como director (y actor), la excelente película de terror Un lugar tranquilo (A Quiet Place). Sin embargo, me quedo con la sensación de que, para nuestra desgracia, ninguno de ellos goza de la suficiente gracia, chispa o carisma. Además, la trama parece alargarse con gags faltos de ingenio y que no nos llevan a ninguna parte (véase cómo nuestra protagonista se organiza el día y cómo éste se le va complicando a cada paso que da). Smiley Face es una extraña comedia que juega a ser diferente pero que de ninguna manera termina de funcionar.
Lo mejor: Anna Faris. También
que estemos ante una comedia “a contracorriente” o “diferente” que, además, no
se dedica a aleccionarnos (¡pasa de todo eso!).
Lo peor: La escasa cancha que
una producción así ofrece a un cineasta tan personalísimo como Araki (y menos
si la misma no lo contrata como guionista o co-guionista). Vamos, algo similar a
lo que le ocurrió, salvando las distancias, al bueno de Kevin Smith con su
desastrosa Vaya
par de polis (Cop Out).
Puntuación: 4,5/10.
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